Carta desde la cárcel de Pamplona

Hace ya más de cinco años que mi mala elección en la vida me trajo a prisión. Como todas estas situaciones tienes cosas malas, pero ignorante de mi descubrí personas maravillosas aunque cueste creerlo.

Persona presa en la cárcel de Pamplona

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Soy cristiano de los que no creen en la iglesia del todo, pero toda mi vida creí en las buenas personas y fue ahí donde conocí a Lolita. Una mujer mayor de 80 años que acudí a todas y cada una de las misas que se dan en prisión, desinteresadamente, ofreciendo lo mejor que puede dar una persona. Amor, comprensión, empatía y todo su entusiasmo en cada una de las veces que se colgaba la guitarra como si no hubiera un mañana. La alegría del domingo. Compartí también café en la calle con ella como si fuera mi segunda abuela y no sabría decir que tiene que se hace imposible no cogerla un afecto realmente especial.

De pronto, dejo de acudir a sus citas semanales en la prisión, a lo cual yo pregunté el motivo. No se me dio otra respuesta que decir que estaba muy mayor y que había sido ingresada en una clínica donde ella misma reconoce, le dan un buen trato. La correspondencia es lo que hace que yo mantenga el contacto con esa luz.

Para mi sorpresa, me enteré por medio de mi madre, que el único motivo por el que dejó de venir a la cárcel es que no quieren pagarle un seguro en caso de que tuviera un accidente normal y corriente como pudiera ser un tropezón o cualquier otra cosa. ¿Por unos pocos euros al año? Vergonzoso.

Es increíble que a una persona que ha dado su vida por el bien de los demás, la priven de la poca ilusión que la mantenía activa.

Una vez más, volvemos a las injusticias de un director de prisión que dirige la prisión como si fuese una granja.
Parece ser que, a pesar de las múltiples denuncias recibidas por presos y asociaciones no haya quien le pueda meter mano y hacerlo un poquito humano.

Ya son muchas las gestiones ejercidas por él que no tienen sentido, pues en vez de luchar por la prisión que dirige, sólo se ciñe a temas personales salidos de su rencor.

Jamás conocí persona igual que Lolita, ni personaje peor que este director y si no, indaguen un poco en su trayectoria. ¿Cómo creer así en la justicia? Difícil.

Gehiago