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Nos han atribuido haber “teledirigido” y guiado las votaciones de cambio de jornada, de ser parte interesada y de actuar como autoridad educativa ante las familias con un claro interés laboral en las votaciones, de mentir sin pudor y contar medias verdades, de ocultar información, acompañar en el voto y hasta de ofrecer bizcocho para fomentar la participación. También han denunciado que las familias han votado con desconocimiento e influenciadas por los docentes, como si las familias carecieran de capacidad y libertad para decidir.

Todo ello no deja de ser una burda mentira y un intento de desprestigiar a las pedagogas que educan a diario al alumnado navarro, ya que Inspección Educativa ha actuado de manera extremadamente rigurosa en cuanto al control a los equipos directivos y docentes en su orden de ser imparciales en el proceso. Dichos equipos han sido estrictos pese a que esta decisión afectaba directamente a sus condiciones laborales. Es también llamativo, ya que este procedimiento se iniciaba por encargo del Consejo Escolar del centro, órgano máximo de la comunidad educativa de cada escuela y en el que todos los miembros de la misma están representados.

Cabe también recordar que en el proceso de este año, como novedad el Departamento reguló que el claustro del profesorado únicamente sería sometido a consulta no vinculante con el fin de conocer su posicionamiento, una vez las familias hubieran votado.

Por todo esto, exigimos al Departamento de Educación que salga urgentemente a defender a sus profesionales de la educación ante un ataque de tal magnitud, y apremiamos a los autores de dichas calumnias a rectificar cuanto antes.