151 Malatextos

Han pasado ya más de ocho años desde aquellos primeros textos y toca hacer una reflexión sobre nosotras mismas. No pasaremos el examen con buena nota, eso seguro.

Juan Mari Arazuri. Colectivo Malatextos.

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Nacimos en un momento de cierta ebullición social, ante una “crisis” que no lo era pero que estaba

golpeando a las capas más empobrecidas de nuestra sociedad y que amenazaba seriamente con

alcanzarnos a todas. La brecha social crecía imparable. La contestación social también. Asistíamos a

un momento de cierta expansión y apostamos por empujar, por aprovechar aquellas grietas que se

abrían en una realidad capitalista sólida, tratando de denunciar incontables situaciones de injusticia

y de proponer alternativas a través de nuestros textos. 

Así, hemos escrito contra el modelo desarrollista apostando claramente por el decrecimiento, la

disminución de los niveles de consumo, el reparto del trabajo,… Hemos hecho reflexiones sobre el

modelo de ciudad, el modelo sindical, la política internacional, el patriarcado, la violencia, la

solidaridad… Utilizando la actualidad, esa que nos marca el tema sobre el que hay que hablar cada

día, hemos tratado de hacer llegar otra visión de la realidad, otras soluciones distintas, más ligadas a

la libertad y equidad de las personas que a la lógica capitalista imperante. 

Podríamos sacar éste o aquel malatexto concreto, discutir si de entre todos los escritos, malos casi

todos, hay uno especialmente peor… No es esta, desde luego, la finalidad de nuestra reflexión. Este

es un escrito de fin de ciclo y no precisamente por falta de asuntos sobre los que escribir o por

rendición del enemigo. Lo es porque la temperatura social ha descendido, porque las grietas se han

ido tapando y porque no hemos servido para el propósito transformador por el cual tuvimos la

necesidad de juntarnos y divulgar una manera particular de ver la vida. 

En aquel momento parecía incluso tener remedio. 8 años y 151 textos después la situación social es

más dura cada día y mucho más complicada de revertir. Por ello, son tiempos para el análisis y la

creación de nuevas formas de actuación, tiempos de repliegue “intelectual”. Toca reinventarse,

buscar formas adecuadas y eficaces de aportar a la reflexión y al pensamiento crítico. Este proceso

de ruptura está totalmente abierto, incluso hemos visto adecuado reunir todos nuestros textos en un

cuadernillo para volver a pensar en estos años, en todo lo que ha pasado y en cómo lo hemos vivido

para afrontar este nuevo presente y futuro. Esa será nuestra labor a partir de ahora aunque

seguiremos escribiendo cuando nos de la gana o lo necesitemos. No es ninguna amenaza.

Gehiago