Dispersión: la odisea de cientos de familias luchando por verse

Cada fin de semana, cientos se personas se lanzan a la carretera para visitar a los presos y presas políticas vascas. Pero hay otras muchas que ya no pueden viajar. Hoy hemos ido a la Txantrea a hablar con cuatro familias separadas por la dispersión. Multipliquemos por todos los pueblos y barrios de Euskal Herria para calcular la dimensión del sufrimiento. Gracias a Mila, Elvira, Patxi, Modesta, Emilio y Socorro por su testimonio.

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Los 11 presos políticos de  la Txantrea se encuentran dispersados en cárceles de los estados español y francés a una media de 760 kilómetros. La dispersión provoca accidentes, perdidas de visitas, gastos económicos desorbitados, dificultades de conciliación familiar e incluso muchos familiares no pueden acudir a ver a sus presos por su avanzada edad.

Los familiares de Iñaki Lerin, encarcelado en Ocaña, perdieron una visita en marzo por una nevada, y en marzo también tuvieron una avería en el coche cuando volvían de hacer la visita, por lo que tuvieron que volver en taxi.

La semana pasada, los familiares de Joseba Fernández y Enrike López, encarcelados en Paris, perdieron las visitas por la huelga de controladores aéreos en Francia.

Además, la semana pasada Patxi Ruiz, encarcelado en Huelva, fue ingresado en un hospital de Huelva con neumonía, y sus familiares apenas tuvieron información sobre su estado de salud y apenas tuvieron oportunidad de poder verle. El jueves pasado fue trasladado nuevamente a la
cárcel. A todo esto hay que añadir que el aita de Patxi, y familiares de Xabi Pérez, encarcelado en Córdoba, Alberto Viedma, encarcelado en Almería, y Txuma Altable, encarcelado en Castellón, no pueden realizar visitas debido a la movilidad reducida y las enfermedades que padecen, ya que son personas de edad avanzada.

Además de la distancia, la política penitenciaria muestra su cara más cruel en casos como en el del preso Mikel Izpura, encarcelado en Murcia, que continua dispersado a pesar de que su pareja padecía cáncer y su hermano tenía una enfermedad en fase terminal. Lo trasladaron a Iruñea en dos ocasiones en el último año, para poder hacer una visita con la mujer y otra con suhermano, y lo volvieron a llevar a Murcia. Mikel no pudo despedirse de su hermano, que murió recientemente.

“No hay razones paa mantenerla, pero sí muchas para terminar con ella”

“No hay una sola razón para mantener la dispersión, y si muchas para acabar con ella. Porque familiares y amigos no tenemos que sufrir castigo. Para garantizar un atención sanitaria y jurídica digna y correcta. Porque leyes nacionales e internacionales así lo exigen. Para garantizar la relación con nuestros familiares, amigos y entorno, pilar fundamental de la integración. Por el respeto de los derechos humanos. Para avanzar en la solución al conflicto. Porque supone un chantaje económico para familiares y amigos”, afirman desde la Txantrea los promotores de la manifestación convocada para el próximo 16 de abril.

La movilizacion, dividida en 3 columnas que comenzarán a las 18.30 desde las plazas del Euskera, Ezkaba y Arriurdiñeta y que confluirán en la plaza Txantrea como simbolo del fin de la dispersión, supondrá “un desafío” en el que animan a participar a los y las vecinas del barrio.

Gehiago