“Las sectas religiosas tienen un argumentario fundamentalista e intolerante, constriñen la libertad de sus adeptos y promueven la sumisión total”

A raíz del escándalo de la comunidad ultracatólica asentada en Deierri y Gesalatz, hablamos con Juantxo Dominguez, presidente de la RedUNE, que se muestra preocupado por la presencia de numerosos menores en ella sin que las instituciones actúen.

Juantxo Domínguez

Presidente de RedUNE

2025-ko abuztuak 12

¿Nos podrías dar una definición de lo que a día de hoy se entiende por secta?

Ante todo un grupo sectario es una comunidad de personas con una estructura cerrada y piramidal cuyos procederes siempre son totalitarios y antidemocráticos. La persona es explotada con diversos fines, y da su “consentimiento” previa manipulación psicológica ejercida por la persuasión coercitiva que generan muchas de las actividades de adoctrinamiento a las que es sometida.

Todo ello en el tiempo va a generar una dependencia y sumisión, en la que sus decisiones vitales serán tomadas por “la jefatura del grupo” y la propia comunidad se encargará de anular su autonomía personal. El aislamiento progresivo y la ruptura de sus vínculos con el entorno social y familiar serán el final de un camino en el que será parte de una “sistema jerárquico”, en el que tendrá que aplicar la “obediencia ciega“ porque ya le han suprimido la libertad.

Desde RedUNE somos más proclives a hablar de grupos coercitivos, pues la amplitud actual no se limita al ámbito religioso. Hay multitud de grupos de pseudoterapias, chiringuitos financieros, esotéricos, negacionistas, ultras, de desarrollo personal, etc. Y más desde la existencia de internet y las redes sociales.

¿Qué es RedUNE y que trabajo realizáis?

La Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad somos una ONG de ayuda, asesoramiento y denuncia ante practicas que atenten contra la dignidad de las personas en las que se utilicen métodos de manipulación psicológica, abuso de la vulnerabilidad y métodos persuasivos de coerción.

Impulsamos la formación en ámbitos profesionales a nivel jurídico, sanitario y psicológico.

RedUNE ya es una amplia asociación de cientos de colaboradores tanto en nuestro país como en Latinoamérica y otros países europeos. Nos organizamos de forma autónoma en variadas causas, demandas o denuncias colectivas.

Háblanos de las sectas religiosas.

Evidentemente, cualquier entidad religiosa o espiritual no tiene porque ser un grupo sectario. Lo que las diferencia es su argumentario fundamentalista e intolerante contra quienes no piensan como ellos. Constriñen la libertad de sus adeptos y promueven la sumisión total. Niegan el diálogo interreligioso o el pensamiento crítico. Interpretan de forma extremista y literal textos sagrados. Siempre son salvadores del mundo y fuera esta la perdición. Limitan drásticamente la relación con familia y amistades que no sean del grupo.

Además, fomentan la dependencia total del grupo para necesidades emocionales, espirituales o incluso económicas.

A ello tenemos que unir el adoctrinamiento que se promociona en centros escolares privados, desde edades infantiles. Y también utilizan el miedo como herramienta de control: castigos divinos, apocalípsis, condenación…

¿Cómo se financian y cuáles son sus objetivos?

La fuente más común es por medio de donaciones. En diversos grupos de esta índole se les exige a sus fieles un diezmo obligatorio (porcentaje fijo del ingreso laboral, a veces el 10 % o más). También se recogen ofrendas especiales, donaciones voluntarias o forzadas para proyectos específicos.

Las personas adeptas trabajan para empresas controladas por el grupo (granjas talleres, negocios de servicios) y todas las ganancias van para la organización. Otras, en un alto porcentaje según testimonios recientes, no reciben salario alguno y tampoco se les asegura. Sólo la manutención y la residencia tienen asegurada, pero sin derechos laborales alguno.

Existen otras vías de financiación por medio de editoriales, escuelas, servicios de salud, tiendas, actividades lucrativas, etc. No es muy común, pero hay casos extremos de lavado de dinero o actividades ilegales. Y también soporte económico de grupos afines de otros países.

Sus objetivos como guardianes de la “verdad absoluta” es dominar y someter a las personas a sus códigos. Aumentando su poder e influencia en políticas públicas, especialmente en temas de moral, educación o derechos humanos. Cotidianamente lo comprobamos en muchas de las noticias que aparecen en los medios. Algunas no disimulan su apoyo a partidos ultras.

¿Son potencialmente peligrosas para sus miembros o para las comunidades donde se asientan?

Los adeptos a comunidades sectarias, especialmente cuando se asientan en fincas aisladas, están expuestos al aislamiento, con lo que se enfrentan a peligros serios. Esto permite el encubrimiento de delitos y actividades ilegales. Hay grupos que prohíben la atención médica externa, con el perjuicio para la salud de estas personas, sobre todo si son menores.

Intentarán atraer a su redil a ciudadanos de lugares limítrofes, pero no se arriesgarán a provocar trifulcas, pues funcionan como güetos. Su cara más amable será su tarjeta de presentación.

Estos grupos fundamentalistas de carácter religioso ¿tienen una especial implantación en el Estado español?

Hay factores históricos, culturales, sociales y políticos los que han dejado diversas interpretaciones ultraconservadoras de la religiosidad, aunque la Constitución de 1978 afirme que es un país aconfesional.

Durante la dictadura franquista el régimen se encargo de promocionar a sangre y fuego el nacionalcatolicismo. Ahora tenemos otras corrientes que pretenden “restaurar valores tradicionales”, rechazando el Concilio Vaticano II.

El fallecido Papa Francisco nunca fue visto con buenos ojos por estas comunidades ultras. De hecho, gracias a su papado, se ha realizado cierta limpieza y transparencia en varios grupos.

¿Se está haciendo algo desde las autoridades para tratar de disolver estas sectas?

Por el mero hecho de actuar de forma sectaria ninguna entidad puede ser ilegalizada a no ser de que haya conductas delictivas: retención de personas, abusos a menores, coacciones, explotación laboral…

Países de nuestro entorno llevan más de tres décadas de actuaciones preventivas en lo que se refiere a la investigación, educación y ayuda ante la manipulación psicológica derivada de grupos coercitivos con fondos públicos y coordinación inter institucional.

Actualmente, distintos estamentos policiales ya trabajan en los últimos años en esta vía, aprendiendo de la experiencia práctica de organizaciones internacionales.

Hay una propuesta para desarrollar un Observatorio sobre las Derivas Sectarias, para ir canalizando denuncias, investigaciones, banco de datos…

El pasado año, RedUNE en colaboración con otras organizaciones, presentamos una propuesta de Ley en el Congreso de Diputados con el apoyo de 300.000 firmas para que en el Código Penal se tipifique la Persuasión Coercitiva como delito contra las personas.

Sería menester en próximos años ampliar recursos y formación en policías, jueces y servicios sociales. Facilitar las denuncias y protección a las víctimas. Y educar a la sociedad en general en lo que supone las prácticas sectarias y la persuasión coercitiva hacia las personas.

¿Que impresión te da la comunidad ultracatólica que se ha establecido en Deierri y Gesalatz?

Es preocupante que haya muchísimos menores con una “escolarización” un tanto sospechosa y que ninguna institución la haya inspeccionado a conciencia. Sabemos que las instituciones de protección del menor actúan rápidamente ante casos de familias, pero cuando se trata de una comunidad religiosa andan muy remolones y les salen sarpullidos.

Por otro lado, en los dos últimos años a RedUNE nos llagan bastantes casos de congregaciones en las que al comienzo sutilmente reclutan a chicas jóvenes utilizando campamentos de verano o retiros espirituales y al cumplir su mayoría de edad ingresan sin previa información a su familia. Y tenemos casos que rayan la trata de personas. Las familias temen denunciarlo por miedo a perder la relación con sus hijas.

Hay un caso en Cantabria que así comenzaron y ahora son casi los dueños de toda una zona rural muy amplia, y manejan millones, como un “fondo buitre”.

Su educación es simplemente marketing que utilizan para reclutar, tener buena imagen, pero van a saco con su agresivo proselitismo reaccionario.

Gehiago