Teresa Ayerra: “El objetivo del fascismo fue que la gente se aterrorizara y no hablase”

El papel de la Iglesia Católica durante el golpe de 1936 y la posterior dictadura tiene excepciones como la de Marino Ayerra, párroco enviado a Altsasu en 1936, testigo de la dura represión vivida en Nafarroa y que tuvo que exiliarse para no ser asesinado también. Abandonó la iglesia en el exilio, escribió el libro “No me avergoncé del evangelio” y su hija, Teresa Ayerra estuvo junto con el historiador Javier Dronda, y responsables de la editorial Txalaparta en Katakrak presentándolo.