SOS Racismo presenta una denuncia contra Maya por acusar a los migrantes de ser quienes cometen los delitos

SOS Racismo Nafarroa hemos comparecido ante los medios de comunicación para trasladar el contenido de la queja presentada a través del proyecto Clara para denunciar "el discurso de odio" que consideran que realizó el Alcalde Iruñea Enrique Maya el pasado enero cuando acusó a los inmigrantes de ser las personas que cometen delitos en la capital navarra.

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Desde SOS Racismo Navarra hemos decidido denunciar ante la Policía Municipal, al alcalde de Pamplona Enrique Maya, a través del Proyecto Clara, por la emisión de discurso de odio. Han transcurrido tres meses desde que el alcalde expresara públicamente y sin recato alguno que “casi todas las personas que cometen delitos no son nacidas aquí”. En aquel momento denunciamos estas declaraciones xenófobas que calificamos como una clase magistral de cómo sembrar odio vinculando la comisión de delitos al origen de las personas.

Esas palabras tuvieron como consecuencia una moción de reprobación en el Pleno del Ayuntamiento de Pamplona, una decisión que resultaba insuficiente para reparar las consecuencias de su discurso xenófobo pero que tenía al menos un poder simbólico. Lo perverso es que todo ello quedó invisibilizado una vez más por lo que realmente es importante para el sistema: reproducir y mantener los poderes y privilegios sociales y políticos. Una vez más, quedó al descubierto que los y las responsables públicos pueden hacer uso de los discursos de odio como moneda de cambio, perpetuando así las lógicas de discriminación estructural que genera el racismo institucional.

Hoy presentamos esta denuncia contra el discurso del alcalde Enrique Maya, a través del Proyecto Clara, un mecanismo de defensa contra el racismo que en noviembre de 2021 puso en marcha el propio Ayuntamiento de Pamplona a través de este mismo alcalde. El objetivo oficial del Proyecto Clara es “mejorar las capacidades de las autoridades locales, policías municipales y comunidades para prevenir, identificar y luchar contra los incidentes racistas y xenófobos, los discursos y delitos de odio que amenazan la convivencia pacífica en las ciudades.”

Sustentamos también esta denuncia en la Recomendación Política General No. 15 relativa a los discursos de odio emitida por la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia del Consejo de Europa el 8 de diciembre de 2015, en la que considera discurso de odio “el fomento, promoción o instigación, en cualquiera de sus formas, de odio, la humillación o el menosprecio de una persona o grupo de personas, así como el acoso, descrédito o difusión de estereotipos negativos, estigmatización o amenaza con respecto a dicha persona o grupo de personas y la justificación de esas manifestaciones por razones de raza, color, ascendencia, origen nacional o étnico, edad, discapacidad, lengua, religión o creencias, sexo, género, identidad de género, orientación sexual y otras características o condición personales”.

Esperamos tres meses para presentar esta denuncia contra el alcalde por su discurso de odio, porque tuvimos la paciencia y quizás la ingenua esperanza de que rectificara, pero no ocurrió. Ha transcurrido el tiempo suficiente como para que el responsable de este discurso y quienes sostuvieron estas palabras, de manera directa o indirecta, pudieran rectificar. El alcalde tuvo la oportunidad de disculparse públicamente, pudo haberse retractado de sus dichos; las Administraciones podían haber aprovechado el momento de indignación para reconocer la existencia del racismo institucional y haberse articulado medidas de detección y reparación de las diversas formas de expresión de este, nada distinto a lo que desde el movimiento antirracista venimos exigiendo. Pero nada de eso ocurrió.

Aquella declaración pública emitida por el alcalde no fue la primera, llevábamos algunas semanas escuchando y leyendo comentarios con ese mismo hilo conductor, que vinculaba hechos delictivos o intolerables al origen y racialización de las personas. Lo preocupante es que a lo largo de estos meses no se han producido cambios en las actitudes contra el colectivo señalado por el alcalde, todo lo contrario, se han recrudecido las identificaciones y detenciones por perfil étnico, además de que no han cesado las citaciones ante la Brigada de Extranjería realizadas desde la Administración foral y estatal, que se empeñan en negar su existencia.

Por ello, decidimos acudir al mecanismo del Proyecto Clara para realizar esta denuncia pues es, hasta ahora, el único recurso oficial existente para denunciar los discursos y delitos de odio. Exigimos que este Proyecto, liderado por la Administración, muestre la efectividad de su funcionamiento tal y como está estipulado. A partir de este momento, estaremos atentas y vigilantes de su resolución. Más allá de esta denuncia, lo que reclamamos de las Instituciones y de Proyectos como el de Clara, son protocolos de detección y reparación de discursos de odio, especialmente cuando son las personas representantes de las Instituciones las que los emiten. No deberíamos tener que realizar denuncia alguna, porque deberían existir ya mecanismos para que nadie pudiese cruzar estas líneas rojas, y que, si sucede, se pudiese actuar de manera inmediata y reparadora.

No nos acostumbraremos ni permitiremos que la diversidad de orígenes se etiquete y se problematice, empujando a las personas racializadas y/o migradas a unos márgenes donde se les despoja de sus agencia y capacidades y se les reduce a víctimas vulnerables o a criminales. Rechazaremos siempre la normalización del odio y la manera en la que el sistema de poder saca beneficio de él.

Concluimos con aquellas palabras que cerraban la concentración de repulsa contra las palabras del alcalde de Pamplona Enrique Maya, el pasado 20 de enero por sus declaraciones xenófobas:“Vamos a hacer frente a cada palabra de odio y lo vamos a hacer con toda la dignidad que intentáis arrebatarnos. Vamos a luchar creando redes, construyendo la vida, también en los márgenes, desenmascarando las distintas formas de discriminación, de opresión y el racismo que se articulan desde ahí arriba”.

Gehiago