Recuerdan la lucha ecologista de Gladys del Estal 43 años después de su asesinato a manos de la Guardia Civil
Alrededor de 50 personas se reunieron ayer en Tutera para homenajear a Gladys del Estal, joven donostiarra asesinada por la Guardia Civil durante una protesta ecologista en la capital ribera en 1979. El agente que le disparó a quemarropa ni siquiera cumplió la escasa sentencia de cárcel y fue posteriormente condecorado.
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Gladys tenía 23 años cuando la mataron, vivía en el barrio de Egía de Donosti, y era programadora informática. Pertenecía al Grupo Ecologista de Egía y a los Comités antinucleares de Euskadi. Aquel 3 de junio participaba de la Jornada Internacional contra la Energía Nuclear que se celebraba en Tutera.
Aquel día, miles de personas se manifestaban contra el Plan Energético Nacional, solicitando la paralización de la central de Lemóniz y de los restantes proyectos nucleares, incluido el que se planeaba realizar en la capital ribera. Además, la movilización tenía también un carácter antimilitarista, ya que se protestaba también contra el polígono de tiro de Bardenas.
Ayer, 43 años después del asesinato de Gladys, medio centenar de personas se reunieron para denunciar “la violencia y la impunidad” con la que actuó la Guardia Civil y el resto de los poderes del Estado. “Se convocaron protestas y varios días de Huelga General en Euskal Herria. El Ayuntamiento de Tudela acordó sendos pronunciamientos unánimes de sus 21 ediles, que demandaban la dimisión del Ministro de Interior, gobernador civil y mandos responsables. La retirada de la policía y la disolución de los cuerpos represivos, la recuperación para Navarra de las tierras del polígono de tiro de Bardenas y la paralización de todas las centrales nucleares”, recordaron.
Impunidad policial
En 1981, el guardia civil José Martínez Salas, asesino de Gladys, fue juzgado en la Audiencia de Iruñea en un proceso lleno de irregularidades. Fue condenado a 18 meses de prisión como “autor responsable de un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte”. Sin embargo, ni siquiera cumplió este castigo y posteriormente fue condecorado por el gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo con la Cruz del Mérito de la Guardia Civil. Por si fuera poco, en 1992 fue premiado de nuevo ya con el gobierno de Felipe González en el poder. Recibió la Cruz del Mérito Militar.
“La muerte de Gladys no fue en vano, su lucha y la de otras muchas tenía sentido, y en la actualidad no hay central nuclear en Lemóniz, ni central nuclear en Tudela. Sin embargo, el actual modelo económico y energético sigue poniendo en peligro la Vida. Asistimos a un plan de transición energética, donde los recursos fósiles están siendo sustituidos por renovables, en un contexto económico donde no se cuestiona el desarrollismo ilimitado, la acumulación de los recursos en pocas manos, la deshumanización, la exclusión social y económica de millones de personas ante el capitalismo salvaje, que actualmente recurre al fascismo, a la biotecnología, a las guerras, al miedo… para seguir alimentando las grandes fortunas de los más ricos del planeta”, dijeron ayer en el homenaje desde Bardenas Libres.
Haciendo referencia a las guerras actuales, desde Bardenas Libres recordaron que estos conflictos se entrenan “aquí, en Bardenas”, y a la vez yambién en estas tierras “se proyectan instalar miles de aerogeneradores y de placas solares que ponen en peligro nuestros hábitats y pueblos, con el único interés de generar altos beneficios para las grandes empresas en un mercado privatizado, donde los recursos básicos han sido convertidos en negocio, y donde se evidencia lo poco que les importa la vida a aquellos que nos imponen sus oscuros planes”.