Que vengan los vascos
2015-ko martxoak 26
CAN y Osasuna han sido dos marcas muy potentes en Navarra, de esas que se respiran desde la infancia. Evocarlas es viajar a cientos de momentos de nuestras vidas, de los más cotidianos a los absolutamente épicos. En estas imágenes, las dos entidades aparecen ligadas a valores meritorios, que se presuponían distintivos de nuestra comunidad: la verdad, la seriedad, la prudencia, la humildad, el esfuerzo, la integridad, la deportividad… Cuando CAN y Osasuna sonaban a Navarra, a casa, a tierra. En aquellos maravillosos años.
Qué mal hay que hacerlo, y qué canallas y ladrones hay que ser, para romper de esta manera la imagen no ya sólo de estas dos marcas, sino de toda una colectividad. Porque CAN y Osasuna nos definían un poquito a todos y todas, eran de alguna forma embajadoras de Navarra en el exterior. Pues bien, nuestra pareja de embajadoras, otrora sinónimo de honestidad y buena gestión, se pegaron una década larga de juergas y excesos junto a los políticos que las manejaban, y hoy suenan a podrido, a banda de pillos y estafadores.
La CAN la reventaron desde dentro y ya no existe más que en los tribunales. Y Osasuna, al borde de la asfixia, aparece en los medios de comunicación de medio mundo ligado a una trama de maletines y amaños de partidos. Hemos pasado de la rasmia a la trampa, de la nobleza a la picaresca, de la hormiguita al pelotazo. Unos pocos se han forrado y al resto nos han arruinado absolutamente. Una vergüenza y una tremenda estafa.
La troika UPN-PP-PSN ha convertido en un escándalo continuo lo que era una comunidad seria. Leer la prensa cada día supone un nuevo chute de indignación incrédula, como que no te acabas de creer que toda esta mierda sea posible. Así que es normal que la gente honrada tenga muchas ganas, y hasta una cierta ansiedad, por dar el 24 de mayo una buena patada en el culo a Sanz, a Barcina, a Esparza y a todo su régimen.
“Que vienen los vascos”, claman los pillos, los estafadores. Y la gente honrada dice “pues que vengan, y que traigan escobas”. Porque de la crisis total en la que se encuentra Navarra solo se sale con personas muy sanas y muy íntegras, personas que amen de verdad esta tierra, y que tengan mucha fuerza y tesón para regenerarla, para recuperar nuestros mejores valores. Personas que defiendan el comunal, el interés general, y cuya brújula sea dejar a las siguientes generaciones la mejor de las Navarras posibles.
Por lo tanto, que vengan los vascos. O más propiamente que vuelvan, y que se comporten como tales. Porque precisamos de gobernantes transparentes, comprometidos, generosos, gente de confianza, de palabra, que madrugue cada mañana para mantener en pie la casa de nuestros antepasados, y no para malvenderla a especuladores. Tenemos que dejar atrás cuanto antes esta Navarra de advenedizos, charlatanes y holgazanes, y devolver a nuestra tierra las virtudes de las que siempre pudo presumir.
Que vengan los vascos. Y no hablo de identidades, culturas u orígenes geográficos. Que vengan los vascos es que se abran paso los de abajo, el 99%, la Navarra real, y mandar de una vez a casa a esta minoría de privilegiados que nos malgobiernan al dictado de Madrid. Que vengan los vascos significa decidir aquí, dejar de ser colonia, recuperar nuestra soberanía. Que vengan los vascos nos interpela a todos y todas, porque es el momento de empoderarnos y lanzarnos al asalto del poder. Para que Navarra vuelva a sonar a Navarra, a casa, a tierra. A nosotros y nosotras mismas.