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Somos madres y padres de las escuelas públicas de educación Infantil y Primaria indignadas/os por el sistema de votación que rige el proceso de cambio de jornada escolar a jornada continua o flexible.    

Desde el regreso a clases presenciales tras el confinamiento por la pandemia, la Jornada Continua se implementó en todos los centros escolares de Navarra por razones sanitarias y organizativas, lo que implicó un cambio importante en la forma de organizar las jornadas académicas, además del funcionamiento de comedores y extraescolares.

La percepción de las 2000 familias que se han adherido a esta campaña de recogida de firmas, es que la calidad de vida de nuestros hijos e hijas ha aumentado y se ha enriquecido, pese a que no siempre ha sido fácil conciliar los horarios laborales, como tampoco lo era con jornada partida, pero hemos podido comprobar que esta nueva organización de la jornada ha tenido un importante impacto positivo en la vida de nuestros niños y niñas, que cuentan con más tiempo para su descanso, ocio, actividad escolar como extraescolar, facilitando con ello una mayor integración de los aprendizajes.

Durante los meses de noviembre y diciembre del año 2021 se llevaron a cabo procesos de votación en 71 colegios públicos de Navarra para definir el tipo de jornada con que se dará inicio al año escolar 2022-2023, dado que la Jornada Continua solo se implementó de forma excepcional como parte de las medidas para enfrentar la pandemia.

En 53 colegios se logró llegar a las mayorías cualificadas que recoge la resolución que regula el proceso (60% del censo total de alumnado del centro) y pasarán a funcionar con jornada continua, en Zizur y Mutilva aunque lograran dicha mayoría especial no podrán llevar adelante el proyecto (ya que dependen de los demás centros de la localidad por motivos de transporte, algo a lo que exigimos solución. En total, en 16 centros, pese a lograrse mayorías muy amplias de votantes a favor del cambio (se ha logrado más del 50% del censo total) no será posible implementarla, porque el procedimiento regulador no tiene en cuenta la mayoría de voces de familias, que vemos en la Jornada Continua más beneficios que deficiencias, y es que la Jornada Continua logra que cuatro derechos fundamentales se den de manera simultánea: educación, descanso, juego y familia.

Pero estamos aquí para exigir mediante los 2000 apoyos recibidos que en las tres votaciones que se deben llevar a cabo para que este proceso salga adelante (Claustro 60%, Consejo Escolar 66,6% y votación familias 60%) no se tenga en cuenta el cómputo de votos del censo total, sino el de los votos emitidos, para que así pueda decidir la mayoría de votantes.

No comprendemos que haya centros en los que se haya llevado a cabo todo el proceso, con el esfuerzo y desgaste que ello supone para toda la comunidad educativa, en los que siga ocurriendo que con porcentajes de participación de las familias superiores al 85% y con resultados en los que los votos favorables duplican a los no favorables no se pueda producir el cambio. Ello ha derivado en que se siga manteniendo el tipo de jornada apoyado por una minoría, penalizando incomprensiblemente la opción mayoritaria.

Es evidente que, quienes quieren la jornada partida, aunque sean muchos menos en el centro, tienen mucho más fácil mantenerla, que quienes somos favorables al cambio. Obviamente, la mayoría de 3/5 es desproporcionada y además no proporciona las mismas condiciones a las dos opciones.

En el año 2018 el Departamento rechazaba cualquier cambio en la votación alegando la falta de información por parte de las familias y lo transcendental que era el cambio. El curso que viene, el 84% de los centros educativos públicos de Navarra funcionarán en horario de mañana con actividades extraescolares opcionales por la tarde. Por otro lado, durante los dos últimos años todo el alumnado navarro ha podido experimentar este tipo de jornada, por lo que dichos argumentos contra un cambio en el formato de votación carecen de vigencia y sentido en el escenario y momento actual.

Es urgente que se apruebe una nueva regulación que garantice que todas las opciones van a tener igualdad de oportunidades y que cada centro pueda implantar la jornada que quiera la mayoría de familias votantes.

Consideramos que se ajustaría más a la realidad un sistema de votación en el que se exigiera una mayoría simple del total de los votos emitidos, y no el 60% del censo total como hasta ahora. Los 3/5 del censo son exigidos únicamente en votaciones por representación, y no en las que son a título personal e intransferible, como es el caso.

Si se quiere dotar a este tipo de procesos de una mayor democracia y justicia para así poder dotar de autonomía y empoderar a los centros y a toda la comunidad educativa, no podemos seguir exigiendo mayorías tan especiales que penalizan a la participación y favorecen a un tipo de jornada (la partida) que nunca ha sido consultada a las familias.

La semana pasada fuimos recibidas por el Consejero y otros responsables del Departamento de Educación para tratar el tema, y aunque fueron receptivos con nuestra reivindicación y nos comunicaron que están trabajando en una Orden Foral nueva que incluirá cambios en la regulación para el cambio de jornada (intentarán incluir soluciones a las diferentes problemáticas que tienen varios centros a la hora de proponer el cambio, debido al transporte o actividades complementarias, afirmaron que revisarán las mayorías exigidas en las tres votaciones)… Valoramos positivamente sus palabras, pero pensamos que nuestra petición no está garantizada, y seguiremos luchando por la mayoría simple, hasta que se consiga, ya que creemos firmemente que esto es cuestión de democracia y justicia.

Hasta ahora hemos procedido a la recogida de firmas y a socializar el problema, pero no descartamos otras vías como llevar el debate a sede parlamentaria o el Defensor del Pueblo.

Por ello, hoy hemos hecho entrega en el registro del Departamento el manifiesto con nuestras reivindicaciones y los 2000 apoyos recibidos, nos hemos juntado aquí para presentarlas ante la prensa y mostrar que somos mayoría las personas que deseamos este cambio, aunque nos quieran invisibilizar con votaciones impropias de una comunidad democrática.