Piden justicia para la víctima de un atropello de un policía foral en la Txantrea
"Somos víctimas de un doble atropello: el accidente en si y que luego no ha habido un juicio". La familia de María Expósito Díaz, que murió atropellada por un policía foral de servicio en la Txantrea, denuncia que el caso se haya archivado sin ni siquiera haber llegado a juicio. La familia no duda de que ha habido un trato de favor hacia el policía.
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El 27 de octubre de 2017, un policía foral de servicio atropellaba en una maniobra imprudente a María Expósito Díaz, que moría al día siguiente debido a las heridas causadas. Un año después, su familia se muestra dolida porque “no se ha hecho justicia”.
El hijo de la atropellada relata cómo tras acudir al lugar del accidente, el policía foral que había atropellado a su madre le dijo que estaba aparcando marcha atrás y no vio a la mujer. “En esos momentos de shock, yo me percato que en el lugar del accidente no había ningún sitio donde aparcar y le pregunto dónde lo iba a hacer. Enseguida un policía municipal que se percató de mi nerviosismo me separa del conductor. Esa fue la primera mentira y engaño de tantos que hemos sufrido a lo largo de estos meses”, relata Jorge.
En el hospital, otro policía foral se entrevistó con la familia en una actitud “lamentable y prepotente”. “Lo único que quería saber era qué acciones iba a tomar la familia. Tanto fue así que la misma médica allí presente le invitó a irse. Antes de marcharse nos trasladó que la policía foral haría todo lo que fuera necesario para ayudar a la familia. Ahí la segunda mentira, nunca nos han ayudado, todo lo contrario”.
Sin prueba de alcoholemia
En dependencias de la Policía Municipal, cuando se dirigieron a interponer la denuncia, un alto mando de los atestados les aseguró que al agente de Policía Foral se le había hecho la prueba de alcohol y toxicología. “Lamentablemente meses más tarde cuando nos entregaron el atestado, no salía por ninguna parte dicha prueba. Hemos presentado una queja al respecto, y a día de hoy todavía no hemos tenido ninguna explicación. A mi madre cuando estaba en el hospital si le hicieron esa prueba. Otra piedra más en el camino, donde nos dimos cuenta que la batalla iba a ser dura, y que no todos somos iguales ante la policía y ante la ley”, denuncia Jorge.
En el atestado de Policía Municipal queda demostrado que el conductor circuló marcha atrás a una velocidad indebida al menos 8 metros, y que no frenó porque ni siquiera miró hacia atrás, en una zona donde no podía hacerlo porque a escasos metros tenía una rotonda para poder hacer el cambio de sentido. “Mintió en su declaración como queda demostrado, porque alegó que fue un par de metros y en velocidad reducida. Nuestra madre fue golpeada y lanzada por los aires, como dicen los testigos y como lo ratifica las lesiones ocasionadas; sufrió la rotura de varias costillas”, relata Jorge al describir el atropello mortal.
Archivo de la causa sin llegar a juicio
El abogado del conductor, es el abogado del Gobierno de Navarra. “Otra paradoja del destino, impuestos de mi madre se han destinado a pagar al abogado de la persona que le quitó la vida”, se lamenta Jorge. El abogado del policía foral puso en duda las declaraciones de los testigos porque no les habían realizado las pruebas de alcohol, obviando que a su defendido, al conductor que atropello y mató a María Expósito, tampoco se la hicieron. “¿Por qué? A nosotros no nos cabe duda, porque era policía foral o porque tenía algo que esconder. Una vez más nos dimos cuenta que no todos somos iguales”, denuncia Jorge.
Pero todavía el caso les deparaba algo cruel. Cuando el Juzgado de Instrucción decidió que se tenía que juzgar al conductor y la Fiscalía decidió acusar, el abogado del policía foral recurrió a la Audiencia Provincial. Y la Audiencia Provincial decidió finalmente que no se le tenía que juzgar. “Ni siquiera iba a haber un juicio. Nos explicaron que en la Audiencia había varias secciones y que la Sección que vio el caso de mi madre era más benévola que las otras en los casos de tráfico. Una nueva casualidad del destino, la Sección más benévola para el conductor fue la que le “tocó en suerte”. Una vez más, la sombra de la sospecha sobrevoló el caso de nuestra madre”.
La resolución del caso fue tajante. Al conductor ni siquiera se le iba a juzgar. “Nos quedamos atónitos. Incumple una normativa de tráfico, realiza una maniobra imprudente a velocidad indebida, no mira en ningún momento para atrás y atropella mortalmente a una persona. No se realiza la prueba de alcohol. Encima contra la resolución que archivó el caso no cabía recurso. Alegan unos conceptos judiciales que no podría explicar aquí, pero el caso es que después del dolor por la muerte de nuestra madre, nos vuelven a causar un dolor aún más grande con esta sentencia que no podemos recurrir”, lamentan los familiares de María.
El marido y los hijos de María sienten que el policía ha tenido un trato de favor y se sienten humillados, por ello realizaron una concentración el pasado 28 de octubre frente al Parlamento de Navarra “para homenajear a nuestra madre y poner de manifiesto que no ha habido justicia” .