Nosotras decidimos

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Desde las conocidas consignas de “Nosotras parimos, nosotras decidimos”, de la reciente época de los años 70, a los nuevos cantos descarados de “Mi cuerpo es mío” o “En mi moño y en mi coño, mando yo”, hay una distancia interesante, tanto en lo que se verbaliza, como en lo que se expresa y se manifiesta públicamente.

También las apariciones y actuaciones, más o menos espectaculares, siguen profundizando en una estrategia feminista de antaño, de ocupación de la calle, de contestación, de provocación, de desnudamiento público, de ridiculización de los discursos ultraconservadores, de performance colectiva…. que pone, sin duda, el cuerpo de las mujeres en el centro, y en la acción en primera persona.

El cuerpo de las mujeres está atravesado por su libertad de decisión. Solo cada mujer decidirá, con las máximas cotas de libertad qué quiere hacer. Y como es un derecho fundamental, las instituciones públicas pondrán los medios para que esto sea verdad y posible

El movimiento feminista salió a la calle, y con mucha fuerza, ante la detención de las once mujeres de Basauri, por la realización de abortos ilegales (en aquellos tiempos todos eran ilegales) allá por el año 1976, exigiendo amnistía para las mujeres, no más muertes por aborto y centros de planificación en cada barrio. Eran los tiempos de agonía de la dictadura y del feminismo incipiente. Todo era delito, y también pecado. La Iglesia nos dominaba, o trataba de hacerlo, con su discurso intolerante, misógino y ultraconservador.

Hoy el movimiento feminista despliega un discurso más amplio e interesante. En el centro de la reivindicación, los cuerpos de las mujeres, para decir que sobre él se articulan los derechos sexuales y reproductivos de las mismas. Las mujeres deciden libremente sobre su sexualidad y sobre su maternidad, tanto para ser madres -y ello libremente, solas, con pareja, cuándo, cómo- como para no ser madres sin estigmas ni condenas morales. 

El cuerpo de las mujeres está atravesado por su libertad de decisión. Solo cada mujer decidirá, con las máximas cotas de libertad qué quiere hacer. Y eso sí, como es un derecho fundamental, las Administraciones Públicas, las instituciones, el poder político,.. pondrán los medios para que esto sea verdad y posible y en buenas condiciones jurídicas, sanitarias y sociales.

Gehiago