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Lo que compramos y consumimos repercute en nuestra salud y calidad de vida y en nuestro entorno, y puede impactar negativamente en los derechos de otras personas. Todo lo que consumimos produce una huella ecológica que afecta al planeta y contribuye al cambio climático. 

Cuanto mayor es la distancia entre el origen del producto y su destino mayor es la huella ecológica. Multinacionales europeas están en el origen de las causas de muchas de las migraciones forzosas debidas a guerras provocadas por intereses económicos y energéticos, vulneración de derechos, esclavitud laboral, el citado cambio del clima, etc. 

¿Sabes qué se esconde tras esa camiseta barata? Lo barato sale caro, porque en la mayoría de ocasiones ha sido elaborado en condiciones de explotación laboral, salarios de miseria, etc. Consumiendo de una manera más ética, consciente, responsable y respetuosa con el medio ambiente y no generando tantos residuos, promovemos la economía local y circular, la que cuida de la naturaleza y las personas, la que cuida la vida:

• Reduce tu consumo 

• Compra productos de proximidad (km 0) 

• Trata de llevar a casa (y a la basura) la mínima cantidad de envase. En la medida de lo posible consume a granel. 

• Consume en el pequeño comercio de tu barrio. 

• Consume productos ecológicos (producidos sin sustancias químicas para no envenenar la tierra y el aire), locales y de temporada.

• Lee la etiqueta de la ropa y piensa qué puede esconder. 

¿QUIZÁ ESTEMOS CONSUMIENDO LA VIDA?