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En los últimos años se han producido diversas iniciativas sociales y sindicales por los derechos sociales, entre otras en favor de unas pensiones y salarios dignos. En la Huelga General de 2020 dos de las principales reivindicaciones de los agentes sociales y sindicatos fueron el salario mínimo y las pensiones. Cinco años después los sindicatos y el movimiento de pensionistas vuelven a plantear la misma reivindicación. Por ello, los sindicatos ELA, LAB, ESK, Steilas, Hiru y Etxalde se adhieren a la Iniciativa Legislativa Popular del movimiento de pensionistas que busca equiparar las pensiones con el salario mínimo, y recogerán también firmas para apoyarla.

El vigente salario mínimo de Estado español es muy bajo, y no responde a la estructura socioeconómica de Hego Euskal Herria, ni a la voluntad diferenciada que la clase trabajadora manifiesta en las elecciones sindicales o movilizaciones. El salario mínimo debería ser un instrumento para repartir la riqueza y reducir la pobreza, pero el salario mínimo del Estado no cumple esa función.

Por ejemplo, en países con una estructura socioeconómica parecida a la de Hego Euskal Herria el salario mínimo establecido para 2024 era mucho más alto: 2.054 euros en Alemania, 2.230 euros en Gran Bretaña, 2.070 en Bélgica, 2.570 en Luxemburgo, 2.134 en los Países Bajos, 2.134 en Irlanda o 2.493 en Islandia (en 12 pagas anuales). Es inaceptable que el salario mínimo actual de las personas que trabajan en Hendaia sea de 1.802 euros, mientras que en Irún es de 1.303 euros (cantidad resultante de dividir las 14 pagas del SMI de España en 12 mensualidades).

El Salario Mínimo Interprofesional no es únicamente una referencia para algunos convenios colectivos, sino una norma que afecta al conjunto de la clase trabajadora: Directamente en el caso de las personas con salarios más bajos (en especial mujeres, personas migradas, jóvenes o personas con diversidad funcional), e indirectamente para el resto, como referencia que impulsa al alza todos los salarios. Estas iniciativas buscan incluir a todas las personas que trabajan, no solo a unas pocas.

En algunos estados en el mundo se establecen salarios mínimos diferentes en su seno: Es el caso de Indonesia, Canadá, EE UU, Japón, Rusia, Brasil o Alemania. La descentralización del estado español no constituye un verdadero reparto de poder, y mucho menos en lo referente a las relaciones laborales. La iniciativa de los sindicatos ELA, LAB, ESK, Steilas, Hiru y Etxalde es un ejercicio de soberanía para mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora, luchar contra la precariedad e impulsar la cohesión social, con el fin de que Hego Euskal Herria sea un territorio de lucha por unas condiciones de vida dignas.

Los sindicatos han puesto en marcha dos iniciativas complementarias: La Iniciativa Legislativa Popular presiona a la patronal para que negocie un Acuerdo Interprofesional, ante la posibilidad de su impulso por vía legislativa. Y el Acuerdo Interprofesional puede dar pie a la transferencia de la competencia. Los sindicatos quieren que la propia recogida de firmas sea una movilización enorme, y en función de la respuesta de los demás agentes en cada etapa irán organizando nuevas movilizaciones.

Los sindicatos ELA, LAB, ESK, Steilas, Hiru y Etxalde exigen a la patronal que negocie de buena fe. Reclaman a las instituciones que dejen de lado las equidistancias y se enfrenten con una patronal que impulsa la precariedad laboral, y que garanticen en sus ámbitos de responsabilidad salarios mínimos suficientes para las personas que trabajan directamente para las administraciones o en sus subcontratas. Por último, piden a los partidos políticos que se comprometan a apoyar la Iniciativa Legislativa Popular.

Los sindicatos plantean en Hego Euskal Herria la posibilidad de movilizarse ante el empobrecimiento de la sociedad y la precariedad laboral, con una serie de iniciativas que puede despertar gran ilusión entre las trabajadoras y trabajadores. ELA, LAB, ESK, Steilas, Hiru y Etxalde harán todo lo posible para que esta iniciativa culmine con éxito y Euskal Herria sea un territorio hostil para la avaricia del capital.