Los camareros del Koxka niegan la versión oficial del Caso Altsasu

En el tercer día del juicio en la Audiencia Nacional contra los jóvenes de Altsasu se han escuchado los testimonios del dueño y la camarera del bar Koxka y de los policías forales que acudieron tras la llamada de los guardias civiles implicados en la pelea. Todos ellos han sido llamados a declarar por la Fiscalía.

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Naiara N., que trabajó como camarera en el bar Koxka, ha declarado que no presenció una agresión tumultuaria en el interior del establecimiento, presentando una versión de los hechos completamente diferente a la manifestada por los guardias y sus novias el martes.

Naiara N. ha explicado que en un momento concreto se vació el local, pero no le dio más importancia porque la noche de los hechos la afluencia fue irregular. Ha relatado que se enteró de lo sucedido porque su jefe se lo contó y que cuando salió a la calle ya habían llegado los forales.

Ha subrayado que vio a Iñaki Abad ajeno a la trifulca y que estaba tranquilo porque había salido, que Adur Ramírez de Alda no estaba esa noche en el bar. Tampoco Aratz Urrizola ni Jon Ander Cob. Ha añadido que Oihan Arnanz es habitual del Koxka, al igual que lo eran el teniente y su pareja. Acudían prácticamente todas las semanas y coincidieron varias veces. En ningun momento se registró tensión entre ellos. Vio a Julen Goikoetxea, pero no participó en pelea alguna.

Ha explicado que el espacio entre las puertas de salida del Koxka mide 2X2 metros, por lo que apenas caben siete personas. Los guardias y sus víctimas relataron que en este espacio les hicieron un pasillo de gente para agredirles.

Ha señalado que nunca percibió miradas extrañas contra el teniente y que ella misma se enteró de que pertenecía al instituto armado meses después de conocerla.

Por su parte, Iosu Muñoa, propietario del Koxka, ha relatado que no vio ninguna trifulca en el interior del establecimiento y que vio los hechos del exterior. Ayudó al teniente, que estaba tendido en el suelo, dejándole su chaqueta.

Ha destacado que él no manifestó ante la Policía Foral que la acción fuera premeditada ni llevada a cabo por personas «que sabían pegar». Lo ha negado en repetidas ocasiones. Su firma no consta en esa declaración.

A preguntas del abogado Rubén Múgica ha negado haber sido amenazado por los vecinos de Altsasu y ha subrayado que solo ha recibido llamadas intimidatorias por parte de falangistas, en las que le han cantado el «Cara al Sol», y que también le han hecho pintadas. No vio ni a Ainara Urkijo, ni a Ramírez de Alda, ni a Urrizola ni a Abad.


Declaración de los policías forales

Los agentes de la Policía Foral que acudieron en primer lugar al exterior del bar Koxka han relatado que se encontraron con el teniente tendido en el suelo sangrando. El sargento y sus acompañantes les dijeron quién les había atacado y procedieron a detener a una persona, Jokin Unamuno, que vestía de forma más llamativa que el resto. Han explicado que esta persona se escapó del coche, y que unas 30 personas se agruparon recriminándoles que ayudaran a la Guardia Civil. Han señalado que este grupo conocía que el teniente y el sargento pertenecían al instituto armado.

Uno de los forales ha declarado que la novia del teniente le comunicó que a ella le habían «zarandeado».

Una foto demuestra que Adur Ramírez no vestía tal y como lo describe una de las denunciantes

En su declaración de ayer, María Jose (pareja del teniente de la Guardia Civil) declaró reiteradamente que Adur Ramírez vestía una camiseta de color rojo. En las imágenes que desde la defensa se han aportado se aprecia claramente que en la noche de la trifulca el joven de Altsasu vestía una camiseta de color negro. Estas fotos servirán como prueba en el juicio, no así otro vídeo que se grabó aquella noche y que el tribunal de excepción ha rechazado, lo cual ha sido denunciado por las defensas que entienden que supone indefensión.

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