Lo que la Delegada del Gobierno debería de saber sobre Mikel Zabalza
La solicitud de Carmen Alba de eliminar un mural contra la tortura y de recuerdo a Mikel Zabalza solo puede significar dos cosas: un profundo desconocimiento de la historia más reciente de Euskal Herria o un intento de hacer daño a una familia que lleva más de 30 años sin que se reconozca lo que toda la sociedad vasca sabe: que Mikel Zabalza murió tras ser torturado en el cuartel de Intxaurrondo por los mismo guardias civiles que asesinaron a Lasa y Zabala.
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El 26 de noviembre de 1985, la Guardia Civil detuvo en Donostia a Mikel Zabalza junto a su primo Manuel Bizkai. También fueron arrestadas su compañera sentimental Idoia Aierbe y Ion Arretxe. En Orbaizeta fueron detenidos los hermanos de Mikel, Patxi y Aitor, que serán puestos en libertad 10 horas después. A todos ellos se les aplicó la Ley Antiterrorista, por lo que fueron incomunicados. En aquella época, este periodo de aislamiento se podía alargar durante 10 días.
Al día siguiente se informó de que Mikel Zabalza había desaparecido. La versión oficial mantiene, 30 años después, que se escapó lanzándose al río Bidasoa cuando este se disponía a indicar a 3 guardias civiles la localización de un zulo.
Inmediatamente comenzaron las labores de búsqueda, pero las esperanzas de encontrar a Mikel con vida se fueron desvaneciendo con el paso de los días y con la aparición de diferentes informaciones que apuntalaron la hipótesis de que Zabalza había muerto a consecuencia de las torturas sufridas en el cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo.
Fue entonces cuando comenzaron a producirse las primeras movilizaciones y denuncias públicas por parte de agentes políticos y sociales. Incluso el gobernador civil de Gipuzkoa, Julen Elorriaga, muestró su preocupación por el caso Zabalza y tilda de “rocambolesca” la versión policial.
Los testimonios de quienes fueron detenidos junto a Mikel Zabalza avalan la versión de que Zabalza habría muerto tras la aplicación de la bolsa o la bañera. Sin embargo, y pese a las numerosas contradicciones, la versión oficial se mantuvo y el ministro de Interior Jose Barrionuevo se vio obligado a declarar que Mikel Zabalza acabaría por aparecer.
20 días después de su desaparición, el 15 de diciembre, y en una zona que tan solo unas jornadas antes había sido rastreada intensamente por los buceadores de la Cruz Roja, apareció flotando el cuerpo de Mikel Zabalza ante una patrulla de la Guardia Civil.
Euskal Herria, conmocionada, arropó a la familia con una movilización social sin precendentes y protestando contundentemente ante lo que no dudaron en calificar como un “asesinato de Estado”.
La dificultad para determinar las causas y circunstancias de la muerte de Mikel Zabalza, sumado a la desidia judicial y los obstáculos que quienes buscaron la verdad se encontraron por parte de las autoridades españolas, hace que 30 años después, no se haya juzgado a nadie como responsable de la muerte del vecino de Orbaitzeta ni que se conozca a ciencia cierta qué ocurrió.
Galdutako Objektuak, un documental de esta casa que busca la verdad de lo ocurrido
Ahotsa.info está inmersa en la grabación y elaboración de un documental sobre la muerte de Mikel Zabalza y el impacto de la tortura en Euskal Herria. “Objetos Perdidos” analiza la desaparición y muerte de Zabalza y el empleo de la tortura en las comisarías españolas durante el franquismo y el posterior régimen de monarquía parlamentaria.
Sus protagonistas son la familia de Mikel Zabalza, los testigos directos de los hechos, personas que han sufrido la tortura y expertos vascos e internacionales que trabajan en su investigación y prevención. Todas estas personas nos ayudarán a comprender los mecanismos que han hecho que la tortura no solo haya pervivido, sino que se haya desarrollado tanto en los siglos XX y XXI en las democracias occidentales.
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