La iniciativa Eskola se reúne con Educación para pedirle que se mantenga la jornada partida en los centros escolares
La plataforma conformada por familias que apuestan por mantener la jornada partida en los centros escolares afirma que las últimas votaciones para decidir el paso a jornada continua se han realizado en un ambiente de "excepción" tras "unos procesos participativos de baja calidad". Dicen además que "la jornada continua es un modelo que desarticula la comunidad educativa" y que sigue sin evaluarse "ni pedagógica, ni económica, ni socialmente".
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La iniciativa Eskola a favor de una escuela pública universal, gratuita y de calidad representa a familias de distintos centros educativos. Recientemente nos hemos reunido con la Consejería de Educación para trasmitirle nuestras quejas sobre la manera en que se han llevado a cabo las últimas votaciones para decidir el paso de jornada partida a jornada continua. En primer lugar, queremos señalar públicamente que la disponibilidad mostrada por el equipo directivo de la Consejería de Educación ha sido la adecuada, en tiempo y forma. Además, la reunión tuvo un tono cordial, a pesar de las muchas discrepancias que quedaron de manifiesto entre ambas partes.
Antes de entrar a los detalles de las recientes votaciones, querríamos hacer una serie de consideraciones cobre la jornada continua realmente existente en Navarra. Bajo nuestro punto de vista, aquí y ahora, se trata de un modelo educativo netamente peor que el de la jornada partida porque:
a. Es un hecho objetivo que para que el profesorado pueda cubrir las actividades extraescolares gratuitas de las tardes tiene que detraer horas de la preparación de las clases y/o de las tutorías. A nuestro entender, ello supone una merma de la calidad educativa.
b. Es un hecho objetivo que genera dinámicas segregadoras. Porque va a haber 3 o 4 horas de salida, y no todas las familias tienen opción de elegir; y porque en el mismo tramo horario de la tarde coinciden actividades extraescolares de pago y gratuitas. Hay familias que pueden permitirse pagarlas y otras que no pueden permitírselo.
c. Es un hecho objetivo que empeora los servicios de comedor. Además de que va a provocar el despido de 300 trabajadoras que también forman parte de la comunidad escolar, en los centros con dos turnos de comedor, el 2º se desplaza a las tres de la tarde, o a las 14:30, si el comienzo de las clases se adelanta a las 8:30. Cualquiera de las dos opciones horarias es inadecuada. Es también un hecho objetivo que en los centros de tamaño medio o pequeño, la disminución del alumnado supone un encarecimiento de las tarifas (en algunos casos, hasta el punto de hacerlos inviables, y abocarlos a dinamicas de ayudas a través de cheques escolares).
d. Es un hecho objetivo que, en los centros urbanos, la jornada continua es un modelo que desarticula la comunidad educativa, porque los distintos horarios de salida hacen que se pierda el patio como espacio de encuentro social.
e. Es un hecho objetivo que, de cara al curso escolar 2022-2023, el 84% del alumnado de educación pública tendra jornada continua, mientras solo el 24% del alumnado de la educación concertada tendrá jornada continua.
Así las cosas, las recientes votaciones han sido el corolario de unos procesos participativos de baja calidad porque:
1. Nos parece que, en un contexto pandémico, y con el mantenimiento de todas las condiciones de la jornada covid, era completamente inadecuado llevarlas a cabo. También ha sido confuso, porque nos consta que muchas familias han votado pensando que lo que se defendía con el “sí” era el mantenimiento de la jornada covid durante este curso.
2. Se ha votado por tercera vez en cuatro años (2018, 2019 y 2021), una dinámica de participación arbitraria y sin ninguna lógica. No existe ningún otro ámbito administrativo o laboral público en el que se voten cuestiones estratégicas anualmente.
3. Los plazos precipitados y el contexto de la pandemia (que ha desarticulado las comunidades educativas) han imposibilitado los debates de calidad. La falta de sosiego ha puesto de manifiesto, una vez más, que lo que de verdad importa —y se vota— es el cambio de horario. En la mayoría de los centros se han votado proyectos pedagógicos calcados a los que se habían rechazado en anteriores ocasiones.
4. En medio de las votaciones, la Consejería de Educación anunció que se iba a volver a la jornada anterior al covid. Inmediatamente después, todavía durante las votaciones —o, en algunas casos, con estas ya finalizadas— se anunció que se rectificaba. Más confusión.
5. Desde 2007, se han cambiando las reglas, siempre a favor de la jornada continua. Inicialmente era necesario el 66% del voto favorable, ahora es el 60%, y ahora la demanda es que se convierta en una mayoría simple.
Después de 15 años de proyecto experimental sin evaluar (ni pedagógica, ni económica, ni socialmente), las familias hemos tenido que votar en unas condiciones de excepción y la jornada continua se ha impuesto en cincuenta y siete nuevos centros. El mayor impulso a la jornada continua ha venido de la mano del los dos últimos Gobiernos de Navarra, desde 2015 a hoy.
A pesar de que el desastre ya se ha consumado, y de que nunca debieron de realizarse las últimas votaciones, hemos solicitado a la Consejería de Educación que cesen los procesos de votación hasta que no se realice una evaluación por parte de la comunidad educativa (claustros, familias, y trabajadores de tranporte, limpieza, comedores y actividades extraescolares) del modelo de educación continua, oficialmente todavía de carácter experimental. También queremos saber cuál es la evaluación de la consejería de Educación sobre estos 15 años de experimentación pedagógica.
Hemos trasladado a la Consejería de Educación la necesidad de establecer una normativa para estos procesos que no dependan de las sucesivas resoluciones de Educación. Una normativa que recoja una periodicidad clara y la posibilidad de regresar a la jornada partida (también a petición de las familias), todavía hoy la unica oficial en Navarra.
Manifestamos, además, nuestra preocupación por la escasez de oferta de educación pública con jornada partida, y el riesgo que ello supone de que familias que prefieran esta opción acaben, en el nuevo contexto que se ha creado, decantándose por la educacion concertada.
Por último, ahora que entramos en época de preinscripciones, animamos a las familias a apostar por la enseñanza pública y, específicamente, por el único modelo educativo que garantiza el respeto a los ritmos de nuestras hijas e hijos, que favorece la cohesión de la comunidad educativa, y que no es segregador. A día de hoy, los centros con jornada partida son los únicos que cumplen con esas condiciones.