La cara oculta de Shein, la marca de ropa china que arrasa en TikTok: explotación laboral y 0 medidas de seguridad
Sin contrato, jornadas interminables de 75 horas y graves carencias en seguridad laboral. Este es el resumen del estudio sobre la marca Shein realizado po Setem dentro de la campaña Ropa Limpia que trata de sensibilizar a las influencers que desde Instagram y TikTok publicitan la ropa de esta marca china en el Día Mundial por el Trabajo Decente.
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Esta es la cara oculta de Shein, el gigante chino de moda online que arrasa en la generación TikTok. La Campaña Ropa Limpia destapa los aspectos más perjudiciales para los y las trabajadoras de esta compañía china. Tiene 5,3 millones de seguidores en TikTok y ya pisa los talones a gigantes como Zara o H&M. En 2021 la app de Shein superó a la de Amazon como aplicación de consumo más descargada en Estados Unidos. Un informe elaborado por Public Eye, difundido ahora en el Estado español por la Campaña Ropa Limpia en el Día Mundial por el Trabajo Decente, pone de manifiesto los abusos laborales de esta empresa.
¿Quién es Shein?
La marca china es una gran desconocida entre la población mayor de 30 años, pero arrasa entre la generación TikTok y ha conseguido en muy poco tiempo posicionarse como una de las grandes empresas textiles del mundo. ¿Cómo? A través de una tienda virtual con ropa descaradamente barata y agresiva presencia en las redes sociales. Las publicaciones de TikTok con el hashtag #sheinhaul contabilizan un total de 3.700 millones de visualizaciones.
En Instagram, su cuenta para el Estado español casi alcanza los 600.000 seguidores mientras que las de TikTok y Facebook superan los 200.000. Pero además, Shein contrata a una legión de influencers -sobre todo mujeres- para que muestren con una gran alegría la ropa que han comprado. Algunos de esos vídeos cuentan con más de dos millones de reproducciones.
“Hasta ahora Zara era el ejemplo de moda rápida, con un ciclo de producción de tres a cuatro semanas. Pero Shein puede producir un vestido en una semana, desde el diseño hasta el embalaje”, afirma José Luis Mariñelarena, portavoz de la Campaña Ropa Limpia impulsada por la ONG Setem.
Shein ha conseguido alcanzar a H&M y a Inditex también en términos de ingresos. Aunque debido al modelo de negocio de entrega directa no hay cifras fiables sobre los beneficios. Y Shein no revela ninguna información sobre sus ingresos. Según un informe chino de 2020, aquel año la compañía ganó cerca de 10.000 millones de dólares.
La cara oculta
Para producir tan rápido y tan barato, Shein depende de una red de proveedores principales y también de muchos subcontratistas a los cuales se derivan los pedidos. “Estas empresas están subcontratadas por los proveedores de Shein, y en caso de accidentes o de impagos de salarios, Shein no sentiría ninguna responsabilidad”, asegura Mariñelarena.
La mayoría de los trabajadores son migrantes, hombres y mujeres procedentes de provincias chinas donde los salarios son más bajos. Intentan ganar el máximo dinero posible en el menor tiempo. Cobran por prenda de ropa y para ganar un sueldo relativamente decente tienen que estar dispuestos a trabajar más de 75 horas semanales. Muchos no descansan ni un solo día a la semana.
Según la legislación china, la semana laboral debe ser de un máximo de 40 horas, las horas extraordinarias no pueden superar las 36 al mes y los trabajadores deben tener al menos un día de descanso por semana. Las personas que producen ropa para Shein pueden llegar a trabajar más de 320 horas al mes.
Sin contrato laboral ni medidas de seguridad
Muchas de las empresas que subcontrata Shein no realizan contratos laborales. Aunque es habitual en China que talleres pequeños e informales no suscriban contratos, sí resulta sorprendente que las empresas con más de 100 trabajadores tampoco lo hagan. La legislación china las obliga a hacerlo, así como a facilitar una copia a sus empleados.
Condiciones similares prevalecen en el enorme almacén principal de Shein, situado a una hora en coche de Guangzhou. Emplea a más de 10.000 personas y funciona las 24 horas del día. Las jornadas laborales de doce horas son una práctica habitual.
En Nacun Village se encuentran decenas de talleres en pocas calles. Según uno de los propietarios de estos talleres, todo el pueblo fabrica casi en “exclusiva” para Shein. “Dentro de los talleres todo es tan angosto como en las pequeñas y tortuosas calles de este barrio”, relatan los investigadores de Public Eye, que para realizar este estudio ha contado con la colaboración de una organización que defiende los derechos laborales en el sur de China. Bolsas llenas de ropa y rollos de tela bloquean pasillos y escaleras. Esto no solo ocurre en los numerosos talleres pequeños, sino también en algunas de las empresas más grandes situadas en el “Shein Village”. Según una investigadora, en su visita “no vio ni una sola salida de emergencia” y alertó de que las entradas y escaleras no permiten que las personas salgan del local rápidamente. Además, las ventanas del piso superior tienen rejas. “No quiero ni pensar qué pasaría si se declarara un incendio”, concluye.
Y más aún: opacidad fiscal, irresponsabilidad y denuncias de diseñadores
Public Eye también ha examinado la compleja estructura corporativa de Shein y ha encontrado una gran cantidad de entidades offshore para disfrazar la propiedad y evitar impuestos, lo que parece ser una práctica común también en China.
El modelo de negocio de Shein está configurado para controlar la mayor parte posible de la cadena de valor, asumiendo al mismo tiempo la menor responsabilidad posible. El único medio de contrarrestar este sistema es imponer una exigencia de transparencia en relación con las cadenas de suministro e introducir directrices políticas sobre la responsabilidad de las empresas.
Shein también ha sido acusada repetidamente de manipular las reseñas en línea y muchos diseñadores y diseñadoras han podido demostrar que les había robado sus diseños.
Sensibilizar a las influencers de Shein
La Campaña Ropa Limpia, además de difundir lo que “esconde” la ropa de Shein, ha lanzado una acción en redes para sensibilizar a esa “legión” de influencers que lo publicita. “El objetivo es que conozcan las condiciones laborales de las personas que producen esta ropa y reflexionen sobre la conveniencia de seguir fomentando una marca con grandes carencias en derechos y seguridad laboral”, afirma el portavoz de la campaña.