Inhumación de 12 fusilados en 1936 ante la imposibilidad de identificarlos

Autoridades, vecinos y familiares de fusilados han asistido en el cementerio de Iruñea a la inhumación de los restos no identificados de doce víctimas del alzamiento fascista del 36, en un panteón construido para facilitarles «un lugar en el que reposar con dignidad hasta que sean identificadas».

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El acto ha tenido lugar en el cementerio de Iruñea, en un panteón propiedad del Ayuntamiento, y al mismo han asistido además, el alcalde Joseba Asiron, el director general de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, Álvaro Baraibar, y la presidenta de la Asociación de Familiares y Fusilados de Nafarroa (AFFNA 1936), Olga Alcega.

El acto se enmarca dentro del compromiso de colaboración con el Ayuntamiento de la capital navarra, recogido en la Ley Foral de Memoria Histórica, para la inhumación de las personas desaparecidas y exhumadas pero no reclamadas por sus familiares, con el objeto de puedan tener un lugar en el que reposar con dignidad hasta que sean identificadas. Cuando, mediante el análisis de su ADN, pueda saberse a quién corresponden los restos encontrados, las familias serán notificadas y serán ellas las que decidan dónde deben ser trasladados los restos.
Once de estos restos fueron exhumados en Urzante y el duodécimo en Añezkar. El panteón en el que han tenido lugar las inhumaciones de este lunes ya acoge los restos de otros diez fusilados.

Tras depositar una ofrenda floral delante de los restos con las palabras «Verdad, reparación, justicia», la consejera de Relaciones Institucionales, Ana Ollo, ha manifestado además, que «la memoria, la verdad y la justicia permiten que un país no quede atrapado en una espiral de confusión, cinismo y olvido», y que es el tiempo de «avanzar en el derecho a la verdad, la justicia y la reparación debida a las víctimas», «un tiempo de reparación a los familiares por medio de la memoria».

«Es indudable nuestra deuda con el pasado»
El alcalde de Iruñea ha hecho extensiva esta «reparación moral» a los miles de cadáveres que siguen enterrados en cunetas y otros lugares de la geografía navarra. «Es indudable nuestra deuda con el pasado», ha dicho tras denunciar que «la impunidad de estos crímenes se ha mantenido a lo largo de los años».

Tras señalar que las instituciones «no han estado a la altura de las circunstancias», ha subrayado la «firme convicción» del Ayuntamiento «de asumir su responsabilidad y su liderazgo» en esta materia, con decisiones como la retirada de todos los símbolos franquistas o la presentación de una querella criminal.

Asiron ha abogado por que «de una vez por todas» se acometa «de una forma rigurosa, honesta y ética la recuperación de la memoria», para lo que, ha señalado, la Ley Foral de Memoria Histórica, en cumplimiento de la cual se ha desarrollado este acto, es «un buen punto de partida».

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