Gran participación y rico debate en las jornadas sobre reparto del trabajo en la UPNA

Organizadas por la Cátedra UNESCO de la UPNA (Universidad Pública de Navarra), en colaboración con Banatu Taldea, se han planteado alternativas al actual sistema laboral para repartir el trabajo y reducir el paro.

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Las jornadas “Reparto de empleo en la era del ¿fin del trabajo?” han reunido a un gran número de expertos y colectivos sociales y sindicales para analizar la actual situación del mercado laboral y las medidas necesarias para realizar un reparto del trabajo que permita reducir el paro y una mejor calidad de vida de la clase trabajadora.

La primera intervención corrió a cargo de Luis Gonzalez Reyes quien aportó una descripción de la actual fase del capitalismo para una mayor comprensión del marco del que partimos. Destacó los límites materiales, energéticos, climáticos y humanos que estamos ya sobrepasando que ponen en cuestión la perdurabilidad del propio capitalismo. Terminó defendiendo la necesidad de emprender desde este momento acciones alternativas que vayan constituyendo un necesario bagaje para el momento en el que podamos tener alguna oportunidad de construir otros modelos económicos y sociales solidarios, ecologistas y feministas.

En segundo lugar tomó la Palabra Alejandro Arizkun para abordar la cuestión del crecimiento económico y la idea-choque que supone en Decrecimiento. Tras exponer los engaños y perjuicios que el crecimiento económico supone, concluyó en que el decrecimiento es inevitable por el agotamiento, por depredación, de recursos naturales. La cuestión es de qué manera nos enfrentamos a él, si de un modo competitivo o bien desde la cooperación. En la parte final de su exposición abordó el trabajo como algo más amplio que el empleo y que es necesario repartir en equidad.

Por último, en la parte de exposiciones de experiencias de reparto, Luis Uhalde, de Banatu Taldea, tras introducir el tema del reparto del empleo (la precarización, el paro, el alargamiento de la edad de jubilación…. conllevan la necesidad social del reparto. También la aspiración a vivir mejor trabajando menos), hizo una valoración de los tres años de anadadura de la Ley Foral 39/14 de medidas de reparto del trabajo en la Administración Foral, así como la propuesta que Banatu Taldea hace de una Ley Foral más ambiciosa que realmente contribuya a un mayor reparto del trabajo en la Administración y a la generación de puestos de trabajo de calidad. Por su parte, Jose Mª García Breso quiso compartir la experiencia de Traperos de Emaús-Navarra, que tras 45 años de andadura, dedicados a la trapería, una actividad sostenible e inclusiva, mantiene un modelo de relaciones laborales solidario. Se trata de una plantilla de unas 240 personas que perciben (sin diferencias salariales internas), unos 900 € mensuales, con una jornada de 32,5 horas semanales. Esta jornada reducida se adoptó, con la intención de repartir el trabajo, en los años 90, coincidiendo con el debate que se dio en laépoca sobre las 35 horas semanales.

Diferentes experiencias de reparto del trabajo y reducción de la jornada laboral

En la primera de las ponencias, Albert Recio defendió la necesidad de abandonar planteamientos simplistas para abordar el reparto del trabajo a través de fórmulas de reducción del tiempo de trabajo. Se deben tener en cuenta factores tales como el hecho de que la situación del empleo no es una foto fija pues depende de lo que queremos producir, la tecnología y los recursos disponible. Hizo hincapié en otros fenómenos que juegan a la contra como la cuestión del reparto de beneficios entre capital y trabajo o la progresiva desaparición de la “jornada laboral común” (tiempo parcial, estacionalidad, trabajo autónomo,…). Posteriormente analizó las experiencias alemana (disminución de tiempo de trabajo para evitar destruir empleo) y francesa (jornada de 35 horas semanales). En ambas experiencias fueron los fondos públicos los que solventaron el conflicto distributivo mediante incentivos y complementos. Afirmó que impacto de estas políticas fue positivo aunque menor del esperado.

Posteriormente tomó la palabra Mikel de La Fuente, quien inció su intervención con un repaso histórico de la evolución de la jornada de trabajo, concluyendo que ésta se ha reducido a lo largo de los años en menor proporción que el aumento de la productividad. Aportó una serie de condiciones a contemplar a la hora de implementar medidas de reducción del tiempo de trabajo: aplicación generalizada (en todas la empresas, en todos los sectores, público y privado); nuevas reducciones del tiempo de trabajo en función de la aparición de nuevos aumentos de la productividad; mantenimiento de los salarios nominales; aumento del salario mínimo y de los salarios más bajos. En un terreno más práctico, Jon Bernat Zubiri enunció algunas de las virtudes del reparto del trabajo como sus efectos redistributivos de la renta o su efecto aunador del obrerismo y el feminismo. Pasó a explicar el estudio que su grupo de trabajo de la UPV (Universidad del País Vasco), llevó a cabo en Gipuzkoa sobre la viabilidad de aplicar una reducción del tiempo de trabajo. Es necesario tener en cuenta que únicamente entre 1/3 y 1/4 del tiempo de trabajo reducido pasaría a consolidarse como nuevo empleo, debido a la capacidad empresarial de reorganizar el trabajo. También resulta imprescindible analizar la viabilidad sectorial, teniendo en cuenta los diferentes factores que pueden favorecer o impedir este tipo de medidas en cada ámbito laboral. Terminó haciendo valer la capacidad competencial que los territorios forales tienen para el estímulo de medidas de reparto del trabajo.

 Su compañera, Verónica Castrillón, presentó la “Propuesta para reducir el desempleo” en Gipúzkoa. El objetivo, pasar de una tasa de paro del 12,5% al 5%. Para ello era necesario crear 25 000 puestos de trabajo lo que equivaldría a disminuir la jornada un 10%. La propuesta más viable era la de acompañar esta reducción de jornada con una reducción del 5% del salario para lograr mayor equidad entre trabajo/capital y entre empresas. Como efectos positivos, la disminución del paro, el aumento del tiempo libre, ingresos adicionales para las Administraciones Públicas y el aumento de la demanda interna. Entre las dificultades más destacables, los conflictos competenciales y las dificultades propias de algunos sectores más precarizados.

La posición de algunos “partidos del Cambio”, colectivos y sindicatos

Para terminar, tomaron la palabra representantes de sindicatos, partidos y colectivos. Rafa Eraso, de Geroa Bai, destacó que a pesar de que la tasa de paro ha bajado al 10,5% en Navarra, estamos lejos del pleno empleo. Valoró el reparto del trabajo como una medida lógica y solidaria, con retornos económicos evidentes (disminución de costes en prestaciones, IRPF,…). Se posicionó a favor de a introducción de incentivos para el reparto del trabajo en la Administración Foral, a través de una Ley Foral.

Carlos Couso, de Podemos, recordó los puntos recogidos en el acuerdo programático de gobierno en relación al reparto del trabajo. Presentó el reparto del trabajo como algo básico para cambiar el modelo socio-económico y para afrontar la nueva revolución tecnológica que amenaza con una mayor destrucción de empleo. Se mostró de acuerdo con la propuesta de Ley Foral de Banatu, a la que habría que acompañar con otras medidas.

 Ion, de la Red de Autodefensa Laboral, colectivo que afronta situaciones de precariedad y vulneración de los derechos laborales desde la autoorganización y la solidaridad, defendió el reparto del trabajo como forma de recuperar tiempo cedido al capital para poder gestionar autónomamente. Llamó la atención sobre el escaso recorrido que pueden tener algunas leyes, en principio auspiciadas para mejorar las cosas pero que el capital puede reinterpretar y distorsionar para lograr el efecto contrario.

Joseba Santesteban de CGT, defendió la renovación de las formas de lucha y el reparto del trabajo como forma de humanizar las relaciones laborales, de rejuvenecer las plantillas, de aminorar el paro, así como para enfrentarnos a despidos colectivos. Tras criticar algunos aspectos contenidos en el borrador del Plan de Empleo, dijo percibir en distintos ámbitos falta de voluntad y miedo a la hora de llevar a cabo cambios de calado. Terminó defendiendo la necesidad de llevar el reparto del trabajo a la negociación colectiva.

Por último, Imanol Carrera, de LAB, explicó cómo en su sindicato, fruto de la aportación feminista, han pasado de establecer la contradicción capital/trabajo a capital/vida. El reparto del trabajo va en ese sentido, trascendiendo del empleo a otros trabajos como el de cuidados o la economía sumergida. También rompe la dicotomía entre personas con empleo y personas paradas. Explicó cómo la Carta Social de EH, en la que participan, incluye el reparto del trabajo (jornada de 32 horas semanales, jubilación a los 60 años, no horas extras, …).

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