Gesto de solidaridad en Iruñea con la lucha del pueblo chileno
Organizaciones internacionalistas han realizado una concentración hoy en Iruñea en apoyo del pueblo chileno en lucha contra el gobierno de Piñera desde hace ya más de una semana en demanda de mejoras en sus condiciones de vida y cambios profundos en las políticas económicas.
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“En América Latina los pueblos se alzan, contra el capitalismo y el empobrecimiento que este provoca para las mayorías”, han proclamado hoy en Iruñea un grupo de personas que haciendo frente a la fuerte lluvia, se ha concentrado para protestar por la represión en Chile y apoyar a quienes protagonizan desde hace más de una semana una movilización social que está desbordando al gobierno de Piñera.
Solidaridad con el pueblo chileno desde Iruñea pic.twitter.com/b6QYKuI8zU
— Ahotsa.info (@AhotsaInfo) October 22, 2019
Si a inicios de octubre, fue el pueblo ecuatoriano el que se levantó masivamente en rechazo a las imposiciones del FMI, al igual que el pueblo haitiano, empobrecido por siglos de «deuda» espuria que data de la época colonial, ahora es el pueblo de Chile quien lo hace “contra el saqueo capitalista, contra la explotación y la precarización de sus condiciones de vida”.
“El pueblo trabajador chileno, acumula más de 40 años de vida bajo condiciones brutales de desigualdad, precariedad y explotación laboral, y un empobrecimiento exponencial, a causa de salarios y pensiones miserables, endeudamiento por créditos usureros para poder subsistir, obligándolo incluso, a comprar sus alimentos en cuotas; con alzas continuadas de bienes y servicios básicos, además de la privatización y mercantilización de derechos humanos-sociales, tales como: la sanidad, la educación, la vivienda, las pensiones, y el transporte, entre otros”, denuncian Askapena y Zabaldi, los dos organismos internacionales convocantes de la protesta.
Dicha acumulación de rabia, injusticia y desesperanza, explotó la pasada semana tras un alza del pasaje del metro, que viene a golpear aún más los bolsillos y las vidas del pueblo chileno. Este aumento del valor del pasaje llevó a la juventud popular y a los estudiantes a realizar acciones de desobediencia pacífica y evasión masiva, abriendo los torniquetes de las estaciones del metro para que las familias trabajadoras usaran el ferrocarril sin pagar el alza. Desde el gobierno de Piñera, comenzaron a criminalizar esta forma de protesta social calificándola de vandalismo y delincuencia, y las evasiones empezaron a ser bestialmente reprimidas por la policía chilena.
La represión generó una ola de solidaridad con los estudiantes y el aumento de manifestaciones contra el alza, a las que se sumaron pobladoras y trabajadoras, convirtiéndose las protestas, en cada vez más enérgicas y masivas. Frente a lo que eran caceroladas pacíficas, la respuesta violenta y desmedida del gobierno, transformó las convocatorias en verdaderas sublevaciones populares.
Piñera, que hace unas semanas declaraba que Chile era un oasis social, este fin de semana ha declarado “estar en guerra”, sin asumir “la responsabilidad política que implica sostener el sistema económico bajo el que malvive el pueblo chileno”, y ha optado por “apagar la crisis con gasolina y usar la estrategia del “autogolpe”, recurriendo a las FF.AA. para imponer su “paz social” por la vía de la fuerza”, denuncian Askapena y Zabaldi.
El gobierno de Piñera, echando mano de la Ley de Seguridad del Estado herencia de la dictadura pinochetista, con toque de queda incluido. Pero, a pesar de una represión que continua en aumento y de amenazas constantes, el pueblo chileno, desafía este toque de queda y sigue saliendo a las calles a manifestarse.
La revuelta se ha cobrado ya al menos 11 muertos, miles de detenidos, centenares de heridos a balas, balines y perdigones y de los cuales se desconoce su estado de salud y paradero, además de personas torturadas y humilladas en la vía pública por patrullas de militares y policías antidisturbios.
“Debe quedar claro para la comunidad internacional que, ante las respuestas populares, los responsables principales de la violencia en Chile, son la élite arrogante, burlesca e insensible que durante décadas ha abusado de manera impune del pueblo trabajador chileno. La oligarquía neoliberal aliada al capital transnacional, español incluido, son los principales saqueadores, y las FFAA y policías, no cumplen otro rol que el de defender los privilegios, la gran propiedad y las riquezas de los primeros”, denuncian los colectivos internacionalistas.
Así, se suman a las reivindicaciones del pueblo chileno: fin inmediato al Estado de excepción, desmilitarización de las calles y de todo el territorio nacional y fin de las políticas capitalistas que empobrecen y explotan al pueblo trabajador chileno.