Extinction Rebellion llama a la desobediencia civil para salir de la crisis climática

Extinction Rebellion, movimiento internacional contra la emergencia climática, ha realizado hoy una acción simbólica frente al Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Nafarroa con la que da comienzo a la Tercera Semana de Rebelión en coordinación con otros grupos locales a nivel nacional e internacional, que se alargará hasta el 13 de octubre.

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El nodo pamplonés del movimiento global contra la emergencia climática Extinction Rebellion (XR) realiza por redes sociales esta semana llamamientos a la rebelión con el lema «Inacción = Muerte». El colectivo considera que los gobiernos han fallado en su responsabilidad de atajar la crisis del clima y pide que la ciudadanía participe en acciones directas no violentas entre el 5 y el 13 de octubre respetando las medidas de seguridad sanitaria.

En su primera acción, Extinction Rebellion Pamplona-Iruñea ha entregado frente al Departamento de Medio Ambiente su mensaje escrito en madera seca, como símbolo de las sequías y la aridificación que ya sufre la península y que irán acrecentándose con el avance de la crisis climática.

Bajo los hashtags #InacciónEsMuerte y #QueremosVivir, Extinction Rebellion busca que la gente se rebele de forma masiva y segura para reclamar la neutralidad de emisiones para 2025 y asambleas ciudadanas que puedan tomar «las decisiones que los políticos no han sido capaces de aplicar», según sentencian desde el movimiento.

La llamada a la acción se encuadra en una rebelión internacional que ya está ocurriendo o ha ocurrido en otros países, como Reino Unido. En el nuestro, el grupo local de Pamplona-Iruñea se coordinará con otros, como el de Barcelona, Málaga, Cádiz, Ibiza o Cantabria, buscando de esta forma un mayor impacto.

«Nos encontramos en un momento crítico», aseguran desde el grupo de Extinction Rebellion en la capital navarra. Por eso, reclaman una recuperación verde tras la crisis de la COVID-19. Afirman que esta debe pasar por implementar sistemas de democracia más robustos, como asambleas ciudadanas que, asesoradas por científicos y técnicos, sean capaces de tomar decisiones que contengan la crisis climática.

La movilización también tiene otros enfoques: la inacción política supone la muerte y la pérdida de biodiversidad conlleva un aumento del número de pandemias.

Sobre el primero, señalan que en 2019 hubo 25 millones de desplazamientos provocados por desastres ecológicos, los llamados refugiados climáticos, según el Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Interno, el órgano internacional más importante para contabilizar las personas que deben cambiar su residencia dentro de un país por algún conflicto.

Además, solo en España habrá más de 200.000 personas expuestas a los estragos provocados por el crecimiento del nivel del mar para mitad de siglo, según investigadores de Climate Central.

El segundo de sus enfoques busca arrojar luz sobre un problema que nos acompaña actualmente: la pandemia del coronavirus. La evidencia acumulada demuestra que hay una relación directa entre la pérdida de biodiversidad y el aumento del número de epidemias: «Unos ecosistemas sanos y funcionales son la mejor barrera de contención frente a estos peligros para la salud», dicen desde XR.

Extinction Rebellion es un movimiento por la acción contra la emergencia climática, apartidista y descentralizado con presencia en 72 países diferentes gracias a un total de 1140 grupos locales. Nace con tres demandas ―que se diga la verdad sobre lo urgente de la crisis climática, reducir las emisiones a cero neto para 2025 y que se pongan en marcha asambleas ciudadanas para desbloquear la toma de decisiones― y un método: la desobediencia civil.

A la hora de planificar la rebelión se ha tenido en cuenta la situación de excepcionalidad causada por la COVID, por lo que todas las acciones respetan las restricciones sanitarias: uso de mascarilla, gel hidroalcohólico y mantenimiento de una distancia de seguridad.

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