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¿Como has recibido la noticia de la sentencia que te indemniza?
Con incredulidad. En el fondo era lo que esperaba, pero mi sentido común me decía lo contrario. Todavía no me lo creo, con lagrimas de satisfacción ¡y no por la indemnización! Ese dinero no me va a dar visión y no me va a devolver lo que me ha quitado, si no por el reconocimiento del esfuerzo titánico que me ha supuesto seguir en pie cada uno de estos 10 años, que si no fuera por la gente que me ha apoyado y he conocido por el camino no hubiera llegado. ¡Eskerrik asko!

¿Qué supone esta decisión judicial para ti tras 10 años de lucha judicial?
Supone respirar, supone levantar la cabeza, supone mirar atrás y no arrepentirme, supone libertad. Esta sentencia es el último capítulo de un libro que no quería “fumar” pero que da fin a una etapa de mi vida que deseo olvidar aunque me acompañe para siempre.

¿Crees que esta sentencia puede ayudar en la lucha contra las balas de goma?
Si, porque demuestra lo difícil que es enfrentarse a una realidad con la que convivimos muchos de nosotros. Espero que sirva para dar que hablar y sacar a la luz una realidad que muchos quieren obviar y que sirva para crear debate al respecto, para así poder prohibirlas de una vez por todas, porque si de algo no se habla, no existe, y ahora es el momento.