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Los sindicatos firmantes ahora muestran su preocupación al profesorado acerca de los retrasos e incumplimientos del pacto que ellos dieron como bueno y reconocen que hay divergencias en la aplicación de las medidas, divergencia que surge de la ambigüedad que ELA ya criticó en su momento.

Como consecuencia, la Comisión de Seguimiento del Pacto es inoperativa, ya que el Gobierno dice ahora que no hay dinero para algunas medidas. Por otro lado, los temas que tienen que ver con negociación colectiva se tratan en Mesa Sectorial, y el Gobierno lo sabe. No tiene sentido duplicar las reuniones y menos si no se les da contenido.

ELA muestra su preocupación porque ve muy improbable que el Gobierno de Navarra cumpla su promesa de subir la inversión en Educación al 5% del PIB, (actualmente es del 3,1%, a la cola de Europa) y porque el Parlamento de Navarra perpetúa un sistema fiscal injusto y neoliberal. Las rentas del trabajo cargan con el peso de la recaudación mientras que las empresas aportan cada vez menos (de 2000 a 2018 el IRPF ha pasado de aportar el 29,7% al 39%, y el Impuesto de Sociedades del 13,4% al 5,6%). Además, se ha eliminado el gravamen al patrimonio empresarial.

En este contexto tan poco favorable, ELA seguirá apostando por la movilización de todos los agentes del sector de la educación como único camino para conseguir mejoras con garantías en las condiciones laborales del profesorado y en la calidad de la educación pública, al igual que dijimos cuando decidimos no firmar el pacto.