El Gobierno navarro quiere introducir las pistolas taser en Policía Foral pese a su peligrosidad

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Este tipo de armamento, clasificado como arma no letal, ha provocado numerosas víctimas. En Euskal Herria se sospecha que la Ertzaintza provocó la muerte de un joven en Astigarraga con una descarga eléctrica de una taser.

No son armas desconocidas en tierras navarras. Algunas policías locales como las de Iruñea o de Azkoien ya las incluyen entre su armamento. Ahora es el Gobierno Foral el que quiere introducir estas armas “no letales” para los agentes. Se trata de pistolas que disparan dos dardos que aplican una descarga eléctrica al hacer impacto en el cuerpo de la persona. La descarga es un impulso eléctrico de unos 50.000 voltios y una duración limitada (normalmente de unos 5 segundos) que confunde al sistema nervioso y produce una paralización muscular, provocando una incapacitación temporal de la persona, aunque también la descarga puede ser continua y prolongada si se mantiene el gatillo apretado.

A pesar de estar catalogadas como armas no letales, lo cierto es que han provocado cientos de víctimas mortales. Amnistía Internacional pide que estén sujetas al mismo criterio que se aplica al uso de armas de fuego, debido a los riesgos que pueden tener en la integridad física y mental de la persona sobre la que se emplean. En un artículo firmado por José María García, responsable del Equipo de Fuerzas de Seguridad de AI, se indica que “su mala utilización puede llevar a casos de trato cruel, inhumano o degradante o incluso tortura, en casos en los que su uso no ha estado justificado o ha tenido una intención de castigo”. Este organismo denuncia que la introducción de estas armas en los cuerpos policiales se está realizando “sin una consideración suficiente en cuanto a su peligrosidad, con insuficiente regulación y, sobre todo, sin suficientes mecanismos de control y rendición de cuentas.”

En el mismo artículo se indica que “hay perfiles de personas que por determinadas condiciones físicas son más vulnerables frente a este tipo de armas“, y cita a los menores de edad, personas mayores o con riesgos cardíacos, embarazadas… La persona fallecida en Astigarraga tras una violenta detención de la Ertzaintza, Eneko Valdés, presentaba dolencias psíquicas, fruto del consumo de drogas, otro grupo de riesgo que incluye AI. Los hechos ocurrieron en febrero del 2024.

El cuerpo de Eneko Valdés, durante su autopsia.

Es por ello que esta organización pide la prohibición de su uso “contra determinados perfiles de personas, como menores de edad, personas con alteraciones emocionales o incapacidad mental o física o personas bajo el efecto de las drogas, y con personas ya bajo control policial o esposadas.” Amnistía Internacional considera que deben elaborarse “protocolos públicos de uso de este tipo de armas” y garantizar que los agentes policiales que vayan a utilizarlas “estén debidamente formados en el uso y en los riesgos que tienen, así como en las precauciones que deben tomarse para evitar dichos riesgos”. Asimismo, pide que se establezcan “mecanismos de rendición de cuentas tanto a nivel interno como a nivel externo.”

Policías locales las llevan utilizando años

Las policías municipales de Iruñea, Azkoien, Funes, Faltzes, Azagra, San Adrián, Cintruénigo, Cascante, Valtierra y Corella ya tienen pistolas taser en sus equipamientos, pese a que este tipo de armamento no está regulado en sus reglamentos internos. Según diversas informaciones, la policía que más la ha utilizado es la de Azkoien: 4 veces, 3 de ellas el mismo agente. En Iruñea, al parecer, solamente se ha utilizado una vez, contra una persona que posteriormente fue internada en un centro psiquiátrico.