ahötsa_

A lo largo de las últimas semanas hemos podido leer en prensa que el Departamento de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno Foral ha impulsado la creación de la Asociación Navarra para la Investigación del Cáñamo (ANIC) con la participación de la Universidad Pública de Navarra, Navarrabiomed (centro de investigación biomédica), el CSIC-IDAB (Instituto de Agrobiotecnología del Centro Superior de Investigaciones Científicas) las sociedades públicas INTIA y Nasertic y la empresa privada Josenea, ubicada en Lumbier.

Parece ser que el propósito de esta asociación, en la que llevan dos años trabajando, va a ser sentar las bases de un sector económico en torno al cáñamo (cannabis sativa) y cuenta con un presupuesto inicial de 200.000 €. Para ello, necesitarán de las licencias de cultivo que en España otorga la Agencia Española del Medicamento, a un alto coste económico, a través de trámites muy opacos y una legislación creada en el franquismo, que no tiene en cuenta la realidad actual.

Dicho esto, parece como si el sector económico que se pudiera generar en torno al cáñamo (cannabis sativa) en Navarra, apareciera de repente de la nada, gracias al trabajo y al interés que estas entidades están dispuestas a desarrollar, a partir de la investigación y el desarrollo de cultivos de cáñamo en determinadas fincas elegidas con no sabemos muy bien qué criterios.

Dice el Gobierno Foral, a través de su Consejera de Agricultura que quiere atraer a los agricultores, a los sectores agroalimentario, de salud, industrial y comercial, pero desde estas líneas, sólo podemos sospechar de estas intenciones cuando ninguna de las empresas dedicadas al comercio del sector del cáñamo, que lleva más de dos décadas generando tejido productivo y económico en Navarra, hemos recibido noticias o alguna invitación seria para poder participar de este proyecto que lanzan de forma unilateral y también poco transparente.

En Navarra existen alrededor de treinta establecimientos que desarrollan su actividad comercial en el sector del cáñamo, con bastantes dificultades, soportando constantes inspecciones en especial en estos tres últimos años, coincidiendo con la gestación de esta asociación que ahora impulsa el Gobierno de Navarra. Existen agricultores de cáñamo, que han visto destrozados sus cultivos después de haber recibido las ayudas y los permisos de la PAC, y que han perdido su trabajo y todo lo invertido, aunque hayan sido absueltos del delito de tráfico al final del procedimiento, con todo el estigma social que esto supone. Existen clubs de usuari@s y asociaciones cannábicas que también han desarrollado un trabajo en defensa de los derechos de l@s consumidor@s, y de investigación, lleno de dificultades, persecución y criminalización.

Pues bien, parece que las bases del sector económico en torno al cáñamo en Navarra, llevan años asentadas, pese a los intentos por parte de las instituciones de hacerlas temblar y desaparecer, para que ahora se lance esta interesante o interesada propuesta por parte del Departamento de Agricultura y Medio Ambiente, dejando al margen a todo este tejido económico, que viene desarrollando o intentando generar economía local, empleo y también conocimiento en torno al cáñamo desde hace más de veinte años. No sólo eso, sino que tres semanas después de que el Gobierno de Navarra aprobara en sesión parlamentaria su incorporación a la Asociación para la Investigación del Cáñamo, todos los comercios dedicados al sector del cáñamo en Navarra hemos vuelto a sufrir la intervención policial en nuestros locales, Policía Foral, Policía Nacional y Guardia Civil han actuado simultáneamente y han incautado, o paralizado diferentes productos derivados del cáñamo sin que todavía sepamos exactamente las razones jurídicas que lo argumentan.

Tenemos razones para sospechar de la mala praxis y oscuros intereses detrás de esta Asociación en la que se va a destinar el dinero público de las navarras y navarros para que parece ser, sólo unos pocos elegidos, no tenemos claro con qué criterios, se beneficien de este nuevo sector económico en el que ahora deciden invertir, excluyendo a todo el tejido económico que se ha venido creando desde hace décadas, y que de momento han decidido castigar y ningunear.

Como profesionales del sector del cáñamo nos gustaría saber, porque nosotros y nosotras también aportamos con nuestro trabajo a la economía navarra, qué criterios son los que van a permitir participar a unos u a otros de esta Asociación y sobre todo nos gustaría, que más allá de las inspecciones policiales, se pusieran en contacto con nosotros para poder participar de un sector en el que llevamos trabajando más de veinte años, ojalá estas líneas hagan reflexionar a los grupos políticos representados en el Parlamento Foral y reconocer una realidad que parece pretenden invisibilizar e incluso criminalizar.