Decenas de casetas de Corella en peligro de ser derribadas por un escándalo urbanístico

La falta de rigor del Ayuntamiento de la localidad permitió irregularidades en la construcción de alrededor de 100 casetas en terreno rústico, 10 de las cuales ahora están denunciadas por Gobierno de Nafarroa  y han comenzado a ordenar su derribo.

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Una familia navarra ha denunciado públicamente su dramática situación. En el 2010 compraron una casa construida 3 años antes, y en octubre del mismo año el Seprona de la Guardia Civil les denunció por excederse en 3 metros cuadrados en la construcción y utilizar la casa de aperos como casa recreativa. Se trata de casas con pequeños terrenos que se utilizan para pasar el fin de semana, las cuales solo pueden tener 40 metros cuadrados, casi todas se exceden en metros y no se les da el uso para el que están autorizadas. 

La familia afectada recurrió esta denuncia indicando que ellos ni habían pedido la licencia ni habían construido la casa, pero que aun y todo estaban dispuestos a derribar el exceso de metros y darle el uso de caseta de aperos, pero no fue suficiente y el Gobierno de Nafarroa ordenó el derribo de la casa en el plazo de un mes y sino comenzarían a imponer "sanciones coercitivas". Las alegaciones realizadas ante instancias judiciales también han sido rechazadas, en última instancia, por el TSJN.

El Ayuntamiento de Corella, según informa la familia afectada, concedió licencia para construirla y cobró los impuestos correspondientes, pero no pasó a comprobar si la casa cumplía las normas y características adecuadas una vez terminada la construcción. Los afectados destacan que incluso el Ayuntamiento les cobra la contribución como si fuera un espacio urbano y no como rústico.

El alcalde de Corella, de UPN, les informó de que tenía intención de convertir la zona en recreativa, algo que quizás podría evitar los derribos, pero eso todavía no ha ocurrido, y la preocupación de las familias afectadas sigue aumentando. Al menos 10 de ellas ya han sido denunciadas, y otras muchas callan por miedo a ser también sancionadas.

Gehiago