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Una performance titulada “Murmullos de experiencia, historias de dignidad”, en la que participaron 100 personas sentadas en sillas colocadas unas frente a otras, sirvió para compartir vivencias. La creadora de la performance Aitziber Urtasun explicó que “en el día Internacional de las personas refugiadas unimos nuestras voces, nuestras miradas y nuestros corazones para recordar que, en nuestro barrio, en nuestra ciudad y en nuestra comunidad viven cientos de personas refugiadas que hacen más rica nuestra sociedad y que no son sólo un número o un murmullo que apenas se escucha, son una historia hechas de muchas historias. Ya es hora de dejar de mirar hacia otro lado y preguntar a esa vecina o vecino que tenemos cerca: ¿De dónde vienes?, ¿cuál es tu historia?”, se preguntaba.

En el comunicado leido tras la acción se recordó la noticia de la muerte de 22 personas que viajaban en una patera esta misma semana. Sus muertes son “la consecuencia de las políticas migratorias del Estado español”, denunciaron.

Posteriormente, y mediante la danza, se celebró la riqueza de la diversidad. Al sonido del yembe, tocado por el percusionista senegalés Jak Diatta, más de 100 personas bailaron al ritmo kuku, ritmo tradicional de Guinea Conakry para las mujeres que celebran la vuelta de la pesca. El baile fue dirigido por Gloria Soyas, de ascendencia africana por parte de padre (Guinea Konakry) y tafallesa por parte de madre.