Concentración contra el hostel de Casa Unzu y la “hostelerización” de Alde Zaharra
Convocados por Convivir en Lo Viejo/AldeZaharrean Bizi, un grupo de vecinos y vecinas de Alde Zaharra se han concentrado esta tarde frente al Ayuntamiento de Iruñea para demandar la paralización del macro hostel que se pretende construir en los locales de la antigua Casa Unzu.
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La asociación vecinal Convivir en lo Viejo se reafirmó ayer en su lucha contra lo que denominan “hostelerización del barrio”, la proliferación de apartamentos turísticos y el macroproyecto de hostel UNZU, proyectos que “no necesita la vecindad del Casco Viejo”, según denuncian. “Lo que se necesita son plazas para jugar, calles sin ruido, centros de día, instituto, espacios deportivos, alquileres para jóvenes, etc. Con el modelo de barrio que se está implantando la vecindad se marcha, el vecindario se exilia”, alertan.
La asociación vecinal Convivir en lo viejo hizo alegaciones a la normativa que pretende regular los apartamentos turísticos y ninguna ha sido aceptada, según denuncian. Además, Geroa Bai ha incluido modificaciones en esta normativa “con la idea de que encaje el hostel UNZU” sin tener en cuenta “las graves consecuencias que ya está teniendo para la vecindad que convive diariamente con el trasiego de visitantes y sus modos de ocio”.
El Casco Viejo ya tiene 40% de los alojamientos turísticos legales de toda la ciudad, siendo un total de 1604 plazas, lo que supone 1 plaza por cada siete vecinos. Vecindario que se queja de que sus calles son “un bar a cielo abierto”, por lo que deberían ser declaradas como zona saturada de bares y hoteles, ya que actualmente hay 225 bares y una discoteca. “Cabríamos todo el vecindario del Casco Viejo, 11.144 personas, dentro de los bares” que hay en Alde Zaharra.
¿Gentrificación?
Otras consecuencias de este modelo de barrio y que podrían ser síntomas de un proceso de gentrificación son el descenso de la población y los problemas de acceso a la vivienda. En los últimos 10 años, coincidiendo con la apertura de la veda hostelera, la población infantil-menores de 14 años- del Casco Antiguo ha descendido un 9,4%. Y entre el 2015 y el 2018 ha subido en un 21% el precio de los alquileres en el Casco Viejo, lo que hace que la juventud y las personas más vulnerables no puedan acceder a vivienda y sean las grandes empresas de inversores las que se hagan con ellos con el objetivo de sustituir el vecindario por turistas.