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“En ellos visualizamos como víctimas a todos los familiares de todos los represaliados en el 36. Estos no son los únicos que sufrieron aquella barbarie. Su vida no ha sido fácil. Y al nombrarles URREZKO ZUBIA 2016 queremos visualizar su condición de victimas, queremos mostrarles nuestra solidaridad y nuestro apoyo. Queremos denunciar que su condición de victimas todavía se alarga hasta hoy. Por ejemplo, no podemos olvidar que hace pocos meses, en Ibero, en el paraje de las Tres Cruces la asociación Aranzadi extrajo restos de varios asesinados entre los que se sospecha se encuentran los de otros dos txarrines”.

En Berbintzana fueron 21 las personas asesinadas por su ideología política. 3 de ellas eran concejales y se les dedicó una placa en el ayuntamiento hace poco más de un año. En esa placa no se encuentra Pedro Lakabe, lo que para Berbintzana taldea es “una injusticia”. El alcalde de la localidad logró escapar, pero murió en diciembre de 1939, con 38 años, en el hospital de mutilados de Euzkadi en Bidart, exiliado en Iparralde. El víspera a su muerte, escribió la última carta a su mujer, Maria Larraga Perez, quien sufría prisión en Ondarreta acusada de haber colaborado en la fuga masiva de presos del fuerte de San Cristóbal, en mayo del 38, por haber ido a visitar allí a uno de sus sobrinos. En aquella misiva le decía “no te lleves mal rato que a todo se llegará a tiempo”. María estaba embarazada cuando su marido huyó de Berbintzana para salvar la vida. Al parecer Pedro estuvo escondido “en un caserío de Tafalla” y hasta allá le llevó una de sus sobrinas a sus hijos (entre otros al recién nacido Delfín, que aún vive) para que pudiera verlos por última vez antes de “huir a Francia”.