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La abogada de la defensa Amaia Izko a la salida de la novena sesión del juicio. Nos habla del vídeo aportado ayer por la defensa. #Altsasu #Alsasua #AltsasukoakAske pic.twitter.com/4A8Q0SSBa8

— Altsasu gurasoak (@Altsasugurasoak) April 26, 2018

La novena jornada se centró en el visionado de varios videos, algunos de ellos de Ahotsa.info, propuestos como prueba de las acusaciones. En todos ellos queda patente el carácter festivo reivindicativo con música, pasacalles, fallas, representaciones teatrales y comidas populares de la jornada, y donde se observan las cargas policiales de la Guardia Civil, aporreando a los presentes, algunos de los cuales ejercen una desobediencia pacífica.

Algunos de estos actos fueron denunciados por injurias y los tribunales archivaron todas las denuncias.

Modifican las peticiones fiscales

La Fiscalía, la Abogacía del Estado, las acusaciones particular y populares han elevado a definitiva sus conclusiones, modificando levemente las peticiones alternativas y aumentando la petición de indemnizaciones.

La Fiscalía, para mantener su petición de calificación como terrorismo se retrotrae a la tesis y la narración pseudohistórica del ‘todo es ETA’, que ya fue invalidado en sentencias de la Audiencia Nacional en los años 2010 y 2011 (casos Egunkaria, Udalbiltza…). Ha usado la mayor parte de su intervención no en probar la culpabilidad de los encausados en los hechos, sino en el relato de que ETA sigue sin ETA, hablando de idearios políticos legítimos, de elementos extrajudiciales y sin ninguna vinculación con los hechos del día 15 de octubre de 2016, de manuales sin autoría de hace 18 años, de hechos y contextos superados en la sociedad hace muchos años. Utiliza la participación de varios imputados en movilizaciones legales de reivindicaciones sociales y políticas como agravante. No aporta pruebas directas para sostener la tesis de una agresión multitudinaria planificada y organizada, y hace abstracción de que los peritos médicos han dejado claro que las lesiones recogidas en los informes médicos no son coherentes con una agresión múltiple por la escasez de contusiones y la poca severidad.

La práctica totalidad de las pruebas presentadas por las acusaciones no tienen relación directa y cohetánea con los hechos. No ha mostrado pruebas de reuniones previas, llamadas o mensajes que demuestren una planificación. Llama la atención que la inculpación documental de imputados se hace subrayando su participación en la asociación y los actos de Ospa. No hay más elementos que la palabra de los denunciantes, y en el video tras la pelea queda en entredicho su veracidad cuando minutos despues de los hechos el sargento mantiene contacto visual con tres imputados y no los identifica como agresores cuando los estaba buscando. Además, debe recordarse que los testigos presentes contradijeron el relato de los denunciantes y que las prácticas de reconocimiento (fotos y ruedas) presentaron irregularidad, además del video que demuestra que un encausado vestía ropas de colores que no concuerdan con la identificación realizada en sala por los denunciantes.

La abogacía del estado y las distintas acusaciones se han sumado a las conclusiones de la fiscalía.

Altsasuko Gurasoak denuncia que “las acusaciones han tratado de presentar unos hechos que ocurren en un contexto festivo y de ebriedad a altas horas de la madrugada y que se producen en otros muchos municipios como unos actos terroristas y para ello ha tenido que exagerar la gravedad de los hechos y revestirlos de una literatura extemporánea, artificiosa e interesada”. Tal y como ya se recoge en la sentencia 27/2010 absolutoria del caso de Egunkaria, “las acusaciones han invertido el proceso inductivo. Primero se ha decidido cúal es la conclusión, de la que se predica, sin base, que es indiscutible, luego se buscan las señales, vestigios o indicios y, por último se rechaza cualquier sentido o explicación de estos que no apoye la conclusión”.