Ahaztuak y Eusko Bazterrak recuerdan a Azurmendi y Artajo en el 51 aniversario de su muerte cuando preparaban una acción armada

Hoy se cumplen 51 años desde que los jóvenes Alberto Asurmendi y Jokin Artajo, miembros de EGI, fallecieran cuando preparaban una acción armada contra símbolos del franquismo. Desde el año 2009 (excepto en 2011) desde la Delegación del Gobierno español se ha denegando el acto-homenaje en el aniversario de su trágica muerte argumentando que se trataba de un delito de enaltecimiento del terrorismo. Ahaztuak y Eusko Bazterrak han querido recordar a los jóvenes en las redes sociales.

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Este año, por imperativo de la situación de confinamiento, no habrá solicitud ni, por lo tanto, prohibición de la concentración, pero no por ello dejaremos de recordarles. Es nuestro deseo que esta comunicación, y su divulgación a través de las redes, sirva de homenaje a ellos y a su lucha, que es la nuestra.

Y, cómo no, tenemos que hablar de impunidad. Quieren que siga siendo una “historia olvidada” como garantía de la impunidad franquista. “Democracia” como un traje a medida, con el que se decide quién debe ser recordado y quién no.

Para entender mejor el momento actual de categorización de las víctimas, y las diferentes interpretaciones sobre terrorismo y lucha antifascista, nos parece pertinente, aunque sea brevemente, recordar las argumentaciones esgrimidas para prohibir, año tras año, las solicitudes de concentración.

Es significativo y, al mismo tiempo, un despropósito que se llegue a decir que esas dos personas eran militantes de la organización política EGI, cercana al Partido Nacionalista Vasco, entonces ilegal. Pero, ¿quién no era ilegal en el franquismo, en esa dictadura que se prolongó durante 40 años, persiguiendo todo lo que oliera a rojo, sindicalista, abertzale, republicano o simplemente demócrata, excepto la Falange Española Tradicionalista y de las JONS?
Nos encontramos, sin ninguna muestra de rubor, ante la utilización de la legalidad franquista para prohibir un homenaje a luchadores antifranquistas

Se dice, así mismo, que Jokin y Alberto se encuentran incluidos entre los militantes fallecidos de ETA, cuando es evidente, para cualquier observador que se acerque a la historia sin prejuicios, que EGI y ETA no eran lo mismo. A no ser que se quiera aplicar, con carácter retroactivo, la extendida teoría de “todo es ETA”.

También se afirma que, la realización de la concentración-homenaje en honor a Artajo y Asurmendi, en el aniversario de su muerte, favorecería su comportamiento, justificando las conductas delictivas de estos, y ello pudiera ser constitutivo de los delitos de enaltecimiento o apología del terrorismo.

Se transmite, por lo tanto, que la lucha antifranquista era un comportamiento delictivo y que las personas que se oponían a un régimen dictatorial eran terroristas.

En el camino de la verdad, justicia y reparación, seguiremos trabajando por recuperar esta parte de nuestra historia y poner a cada uno en su sitio. A Jokin Artajo y Alberto Azurmendi sabemos dónde ponerles: fueron luchadores antifranquistas que decidieron enfrentarse a la dictadura y lo dieron todo por la libertad. Consideramos que es un deber rendirles homenaje y lo seguiremos intentando, porque, con ello, no hacemos un “acto de enaltecimiento o apología del terrorismo”, sino un claro acto de enaltecimiento y apología de la resistencia antifascista, y que, por lo tanto, no cometemos delito alguno, el delito imperdonable sería olvidarnos de ellos.

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