Jesus Etxeandi: 45 años de una muerte perdida en la niebla de la justicia

Pedro Jesús Etxeandi Iturri fue tiroteado en Orreaga en un control de carretera instalado por la Guardia Civil o el Ejército español, que estaba realizando operaciones de control de la muga. Nunca se investigaron los hechos y nadie fue castigado por la muerte del joven de Luzaide.

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Hoy se cumplen 45 años del asesinato de Pedro Jesús Etxeandi Iturri, un joven carpintero de Luzaide que tuvo la mala suerte de toparse con un control de carretera instalado por un cuerpo armado sin identificar en una carretera del Pirineo navarro en una mañana otoñal de 1975.

No se sabe si la niebla que había aquel día no le dejó ver el control o si quienes lo habían instalado dispararon porque algo les pareció sospechoso. Etxeandi no pudo aclarar nada, y tampoco se supo nunca quién fue el que disparó.

Lo cierto es que aquel día, Pedro Jesús Etxeandi volvía de Auritz de echar la la quiniela, y tras pasar el puerto de Ibañeta, a su paso por Orreaga, el vehículo que conducía recibió la descarga de una metralleta. En esa época eran constantes las operaciones de control de la muga por parte de la Guardia Civil y también por parte del Ejército español, por lo que no se sabe quién fue el responsable de los hechos. No hay constancia oficial de quien era el responsable de ese control de carretera.

Pedro Jesús llegó malherido en su vehículo hasta una borda. Allí lo encontró el secretario del Ayuntamiento de Luzaide, que fue a buscar ayuda al cuartel de la Guardia Civil de Auritz. Finalmente, Pedro Jesús Etxeandi fue trasladado al hospital de Iruñea con graves heridas en el vientre, seguramente provocadas por las conocidas balas dum-dum, que explotan dentro del cuerpo del herido causando mayores daños a la víctima.

El joven de Luzaide no recordaba nada de lo ocurrido. Durante 10 días estuvo en el hospital, debatiéndose entre la vida y la muerte, siempre custodiado por la Guardia Civil, en un clima de tensión que no ayudaba a clarificar las circustancias de los hechos.

Ni investigación ni esclarecimiento de los hechos
La familia de Pedro Jesús Etxeandi Iturri mantenía relación con varios guardias civiles destacados en Luzaide. Se conocían porque algunos mandos vivían alquilados en una casa de la familia. De hecho, los jefes del cuartel de Auritz asistieron al funeral del joven para dar el pésame a la familia. Incluso un niño hijo de un guardia civil le dijo a un familiar de Etxeandi que tuvieran cuidado en la carretera porque había “hombres muy malos que cuando pasas te matan”. Quizás algo habría oído en casa.

No hubo investigación de los hechos y nadie fue castigado por la muerte de Pedro Jesús Etxeandi Iturri. La furgoneta desapareció tras ser confiscada por la Guardia Civil. Días después de los hechos, dos guardias civiles del cuartel de Auritz fueron destinados a otro lugar. Casualidad o no, lo cierto es que se impuso una versión oficial que aseguraba que el joven había hecho caso omiso a las órdenes de parar de los integrantes de aquel control militar, que ni siquiera se supo a ciencia cierta si era de la Guardia Civil o del Ejército.

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