Encuentran ahorcado a un joven preso navarro en la prisión de Zaballa
Se trata de un varón de 32 años que recientemente había sido trasladado desde Iruñea a Zaballa y que a pesar de su solicitud de recibir asistencia psicológica, no la había recibido. Su cadaver a sido descubierto esta mañana en su celda.
2020-ko irailak 15
Un preso navarro de 32 años encarcelado en Zaballa ha aparecido ahorcado en el módulo 4 de la cárcel alavesa. Al parecer, llevaba desde el pasado 4 de agosto en esta prisión procedente de la cárcel de Iruñea donde estaba en enfermería. Los compañeros lo han encontrado ahorcado en la celda a media mañana, lo han descolgado e intentado reanimarlo hasta la llegada del servicio médico y, finalmente, ha fallecido en medio de la conmoción del resto de presos del módulo.
Según informan desde Salhaketa, cuando llegó a Zaballa sólo le vio el educador y él, había solicitado en dos ocasiones, mediante instancia, que le viera el psicólogo, sin haberlo conseguido. La muerte de este preso se suma a una cada vez más larga lista de presos fallecidos en la macro-cárcel alavesa de Zaballa. “Una tragedia evitable que engrosa las macabras cifras de personas muertas en prisión, la mayoría personas que aparecen muertas por motivos no naturales en las cárceles españolas. Este hecho luctuoso, no notificado por Instituciones Penitenciarias, representa una nueva crónica de muertes anunciadas en las cárceles”, ha denunciado el colectivo antipunitivo.
“Queremos denunciar la sistemática política de ocultamiento de estas muertes y sobre todo a raíz de la epidemia del Covid-19. Según los datos con los que contamos, al menos 118 personas han muerto en las prisiones españolas en lo que va año. Ante este auténtico presocidio evitable, no se facilita ningún tipo de información pública, como parte de la estrategia de impunidad ante las muertes en el seno de instituciones públicas con las que las personas recluidas mantienen una relación de sujeción especial y cuyo derecho a la salud y a la vida depende única y exclusivamente de las mismas. ¿Qué está pasando? ¿Por qué se ocultan estas muertes? ¿Cómo es posible que a las familias se les avise únicamente mediante llamada telefónica sin proporcionar apenas información y sin ofrecer ningún tipo de apoyo psicosocial o acogida? ¿Por qué no se exigen responsabilidades o al menos se investigan? ¿Ocurriría lo mismo si las víctimas fueran otras? ¿Se pueden tolerar impunemente estas muertes en el seno de una institución del estado como es el sistema penitenciario?”, se preguntan desde Salhaketa, que ha convocado una concentración de denuncia en Gasteiz para el próximos lunes.
Ante esta nueva muerte en prisión, Salhaketa muestra su preocupación por “la nula iniciativa de actuación” por parte de las autoridades políticas y judiciales “competentes” para esclarecer las circunstancias de estas muertes. “Esta situación es inaceptable, sobre todo cuando la mayoría de esas muertes podrían evitarse, simplemente, con la aplicación estricta de la actual legalidad vigente”, añaden.
Salhaketa se dirige a la Dirección General de Prisiones del Ministerio de Interior y al propio Gobierno español para preguntarles cómo van a terminar con esta terrible situación, y reclaman medidas concretas entre las que destacan que el Ministerio Fiscal investigue siempre de oficio estas muertes “para el esclarecimiento de las circunstancias y motivos las mismas, con el fin de depurar las responsabilidades políticas, administrativas y penales que se desprendan de estos hechos”. Así mismo, reclaman información imparcial para las familias de las personas fallecidas garantizando autopsias que esclarezcan las circunstancias en la que se han producido las muertes. Además, subrayan la necesidad de apoyo a las familias en el ámbito judicial así como apoyo psico-social. También piden que se tomen medidas de sustitución y suspensión condicional de condenas por el cumplimiento en programas de deshabituación de las drogodependencias dentro y sobre todo fuera de las prisiones. Del mismo modo, piden la inmediata excarcelación, tal y como contempla la ley, de las personas presas gravemente enfermas, en especial aquellas en fase terminal, así como las que padezcan enfermedades mentales, entre otras medidas tendentes a reducir a población reclusa y el alargamiento de sus condenas.