Los presos Iñaki Beaumont y Aurken Sola, trasladados a cárceles más próximas a Euskal Herria

Aunque Etxerat no quiere hablar de acercamientos, los traslados a las cárceles de Soria y Burgos de los presos políticos navarros Iñaki Beaumont y Aurken Sola respectivamente, suponen que sus familiares tendrán ahora que hacer varios cientos de kilómetros menos para poder ir a visitarles. Etxerat dice, sin embargo, que no hay excusas para que los y las presas vascas sean trasladadas a las prisiones vascas.

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Los familiares y amigos de Aurken Sola, antes encarcelado en Algeciras, tenían que realizar más de 2.000 km para poder visitarle. Ahora tendrán que ir a Burgos para verlo, lo que les suponrá hacer casi 400km semanalmente. En el caso de Iñaki Beaumont, que antes estaba encarcelado en Granada y que debían recorrer 1.600km, ahora sus familiares deberán de ir a la prisión de Soria, con lo cual tendrán que hacer casi 350km.

Pese a que la reducción de la distancia es importante, en Etxerat no quieren hablar de acercamientos, puesto que los presos siguen estando dispersados en cárceles fuera de Euskal Herria, para lo cual “no hay excusas”, subrayan.

“Los gobiernos español y francés van muy por detrás de la sociedad vasca en lo referente a pasos e iniciativas dirigidas hacia la resolución del conflicto”, han indicado desde Etxerat, que valora “muy positivamente” las manifestaciones celebradas el pasado fin de semana en Baiona y Bilbo y se suma “a la apelación a los gobiernos español y francés para acabar definitivamente con las políticas penitenciarias de excepción”.

“No hay ya razón alguna para no afrontar definitivamente el acercamiento de todos los presos a Zaballa y la excarcelación de los presos con enfermedades graves y los de avanzada edad”, dicen.

En relación a estos traslados de presos que ha realizado el PSOE (un total de 14, ninguno de ellos a cárceles vascas), desde Etxerat afirman que “no cumplen las expectativas de la sociedad vasca”. Según la asociación de familiares de presos, los movimientos realizados hasta ahora “no se diferencian de otros traslados que forman parte de la dinámica habitual de la dispersión desde hace 30 años”, y recuerdan que los familiares tienen que seguir saliendo a las carreteras, por lo que el riesgo a sufrir un accidente no desaparece. “Todos los familiares y allegados somos víctimas potenciales”, dicen. Durante 2018 se registraron 7 accidentes de tráfico de familiares en los viajes para realizar visitas. 16 familiares y allegados de presos políticos vascos se vieron afectados por esos accidentes. Algunos, además, afectaron a menores. En 2019 se ha producido ya un accidente de familiares, con lo que se contabilizan ya alrededor de 100 accidentes en los últimos 10 años con motivo de la dispersión. En total, la dispersión y el alejamiento han provocado 16 víctimas mortales.

“No podemos hablar, ni mucho menos, de normalización. Los familiares y allegados estamos incluso peor tras las tímidas iniciativas del pasado año, ya que las expectativas creadas han desembocado en mayor nerviosismo y frustración. Cada día que transcurre supone mayor carga en nuestra situación”, han asegurado en la rueda de prensa ofrecida hoy. Por ello remarcan que “los movimientos propiciados por los gobiernos no son significativos, es insuficiente la iniciativa de los estados”.

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