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La campaña “Personas que se mueven” de Médicos del Mundo tiene como objetivo acercar a la población la realidad multicultural de Nafarroa vista como lo que es, una riqueza, y sensibilizarla con la defensa de los derechos de las personas que migran en busca de una vida mejor presentando a las personas migrantes “desde sus fortalezas y capacidad de supervivencia, desde sus características culturales y sus sueños, desde sus historias de vida para contrarrestar la deshumanización que han sufrido por parte de determinadas narrativas mediáticas y discursos políticos, que construyen parte del relato colectivo”.

La campaña, que consta de una exposición fotografica, vídeos con los testimonios de las personas migrantes y colectivos que trabajan para su acogida o para darles visibilidad o una exposición de cartas con testimonios en primera persona de personas migrantes, quiere recordar que la historia de la humanidad “es la historia de personas que se mueven”, y nos invita a conocer qué razones han llevado a estas personas a migrar, por qué han llegado a Nafarroa, cómo se sienten aquí y cuáles son sus sueños. Además, ponen el foco en la Nafarroa más solidaria, en quienes apuestan a través del periodismo, la música, el trabajo en red, la movilización social o el voluntariado para conseguir una sociedad más justa y solidaria.

La idea surgió tras las sesiones de trabajo realizadas con las personas solicitantes de asilo en Iruñea, “viendo que ellas mismas demandaban más espacios con la comunidad y sobre todo lugares en los que poder sentirse como son, ciudadanía activa de esta sociedad que les está acogiendo”, explican desde Medicos del Mundo. “Ellas y ellos son nuestros protagonistas y nos ayudan a poner voz a esta realidad con la que vivimos y en la que podemos actuar para que haya más justicia”, recalcan.

Mujeres y hombres como Dimitri, ingeniero de telecomunicaciones de Ucrania que tuvo que escapar cuando le obligaron a participar como soldado en la guerra, como Vijitha de Sri Lanka que salió de su país perseguida por pertenecer a una etnia minoritaria o como Nabeel, refugiado iraquí que tuvo que huir y antes de llegar al Estado español pasó seis meses en un campo de personas refugiadas en Grecia en unas condiciones muy duras. Y activistas como Unai Beroiz, fotoperiodista que utiliza sus fotografías como elemento de denuncia antes todas las vulneraciones que sufren las personas migrantes y refugiadas o Begoña, componente de Zaska, la Red Antirumores de Navarra que realiza una labor informativa, formativa y de educación clave para una sociedad navarra integradora e intercultural.