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Como ya ocurriera con el grupo fascista Falange y Tradición, la impunidad de los grupúsculos fascistas sigue totalmente vigente. Desde hace varios meses, y desde el perfil de Twitter @Tussuria supuestamente gestionado por José Ignacio Irusta Sánchez (condenado en la Audiencia Nacional por su pertenencia a FyT), se vienen lanzando amenazas contra el mundo abertzale, personas y colectivos relacionados con la memoria histórica y medios de comunicación como Hala Bedi Irratia. Estas amenazas han venido acompañadas con la difusión en algunas ocasiones de las localizaciones exactas de locales y sedes, y posteriormente se han producido ataques mediante pintadas, rotura de cristales y pegada de pegatinas con mensajes y simbología fascista.

En esta ocasión, ha sido la sociedad Zubi Ondo de Altsasu la afectada. En su fachada han aparecido pintadas en nombre de Falange, con simbología fascista y amenazas de muerte. Ayer mismo se producía una concentración antifascista en Gasteiz para denunciar los últimos ataques en la capital alavesa, donde al parecer se ha establecido José Ignacio Irusta Sánchez y a quien se ha visto en las cercanías de algunos de los locales atacados antes de que se produjeran las agresiones.

José Ignacio Irusta Sánchez, de supuesto lider de Falage y Tradición a jefe de Falange en la CAV

Falange y Tradición (FyT) fue un grupo terrorista de ultraderecha escindido de otras organizaciones ultraderechistas, que durante los años 2008 y 2009 llevó a cabo todo tipo de ataques que más tarde asumiría en un comunicado, tal y como se recuerda en Wikipedia. En total, FyT cometió más de 25 ataques en Araba, Bizkaia, Gipúzkoa y Nafarroa en los que se amenazaba a personas de la Izquierda Abertzale, de idiología comunista o relacionadas con el movimiento memorialista, llegando incluso a atacar monumentos en recuerdo a las víctimas del Franquismo, como el del monte San Cristóbal, o causar daños en casas y bienes de abertzales.

En el comunicado fechado el 22 de septiembre de 2009, se autodenominó “Movimiento Patriota Español” y fijó como su objetivo establecer un régimen político cristiano y nacional en España. Declaraba enemigos de la patria y por ello susceptibles de ser atacados “al separatismo terrorista, al comunismo criminal y al liberalismo anticristiano”.

En octubre de 2009, la Guardia Civil, presionada por las denuncias que venían a demostrar que existía un grupo organizado detras de todos estos ataques, se vio obligada a actuar y desarrolló la operación “Quimera”, en la que en total fueron detenidos cinco fascistas, entre ellos José Ignacio Irusta Sánchez, natural de Bilbo de 41 años.

La investigación apunta, según expuso la Guardia Civil, a que se trata de “un grupo con cierto nivel de organización que estaba aumentando considerablemente su actividad tanto en el número de acciones como en la radicalidad de las mismas”, y colocaban a José Ignacio Irusta Sánchez como lider de la banda.

En la investigación también se señalaba que una reunión, antes de que nadie supiese la existencia de Falange y tradición, el supuesto líder de esta organización violenta de extrema derecha solicitó el número de teléfono del presidente de España 2000 con el fin de obtener armas de fuego para emplearlas contra integrantes de la izquierda abertzale. Según el delegado de este partido, ante esta solicitud, abandonó toda relación con él y su entorno.

Ahora, desde diferentes grupos antifascistas se coloca a José Ignacio Irusta Sánchez como jefe de la Falange en la CAV.