¡Traed madera, más madera!
En el desaforado y tortuoso enredo incesante de la alta velocidad, ocurre algo parecido a la escena del tren en film los Hermanos Marx en el Oeste, en la que se desarrolla una frenética carrera para llegar al registrador de la propiedad y sellar la valía de las escrituras de ciertos terrenos por los que se va a trazar el corredor que conectará ambos océanos. La revalorización especulativa. Escena en la que al grito de: ¡Es la guerra.
Joseba Santesteban. Grupo de comunicación CGT-LKN Nafarroa.
2017-ko azaroak 7
Traed madera, más madera! Groucho,
Harpo y Chico se afanan en destrozar el tren en el que viajan, con el fin de alimentar la caldera
de la locomotora que dirige el convoy. Excelente alegoría de la gestión endeudadora del
crecimiento en pos del progreso, cuyas consecuencias directas continuamos soportando y que
un gran porcentaje seguirán formando parte del convoy traccionado por la locomotora
especulativa.
Tiene gracia, que después de años anunciando la llegada del ultra veloz tren, permanezcamos
en el andén de la incertidumbre sin conocer exactamente de qué narices nos están hablando.
Obviamente hablamos de rentabilidad y viabilidad real del modelo ferroviario que nos quieren
imponer; con un nivel informativo tal que prácticamente el 98% de la población no sabe de
qué tren se trata, y algo más grave: sus limitaciones. A día de la fecha las tácticas de la
desinformación para implantar cualquier megaproyecto, no han variado mucho respecto a
épocas pretéritas, y se afianzan en una total falta de necesidad, por parte de los grandes
grupos constructores y financieros, de trabajar la imaginación y el marketing, dominando el
sistema de los Hermanos Marx de a “mar revuelta ganancia de pescadores”, que continúa
dando réditos inmejorables.
Corredor ferroviario, ancho de vía, altas prestaciones, etc… corresponden a un argot técnico
que no se domina y emana engaño. Por ello el esfuerzo necesario por contextualizar
lingüísticamente sobre lo que a todas luces y, si no le ponemos remedio, nos va a hipotecar
por generaciones. No es un privilegio el derecho de la ciudadanía a ser informada en unos
términos claros, de manera que pueda discernir la conveniencia o no de endeudar al presente,
y sobre todo al futuro, con una infraestructura que no va a poder ser amortizada; que no
responde a necesidades, y que con toda probabilidad supondrá un importante lastre
económico a sumar al 70% que ya tenemos y que nos arrastra para sostener servicios básicos.
Lejos de esto, la táctica de secuestrar el debate y la huida hacia adelante, tan implantada en
estas latitudes de la política de hechos consumados y el que venga detrás que arree.
UPN, haciendo gala de un espurio interés, echa mano de Buster Keaton, y como en el
maquinista de la general para demostrar su valor a Anabelle, su presidente se sube en otra
locomotora persiguiendo al comando yanqui que le ha robado y raptado sus amores: la
locomotora y gran pasión, “La General”, y su amada Anabelle. El ministerio de fomento ha
ejecutado el acuerdo con el maquinista para activar el inicio del asalto al poder perfectamente
diseñado al final de la primavera de 2016. Maniobra que ahonda mucho más en la duda del
interés real por mejorar la red de una manera racional alejada de vías muertas, y mejor
encuadrado en el interés de ciertos bolsillos.
Nadie duda de la conveniencia y necesidad de mejora que la infraestructura ferroviaria
necesita, probablemente ese debiera ser el punto de partida del debate secuestrado,
convertido en trifulca mediática donde en pocas ocasiones, muy escasamente, se ponen los
números de manera clara sobre la mesa. La gran pregunta del quién y cómo se va a pagar sigue
sin ser respondida por la parte defensora de la modernidad y el desarrollo. Que gracia tienen.
A tenor de lo conocido, y aunque se insista en la quimera de la recuperación económica, lo
cierto es que este proyecto tal y como está convenido pone en evidencia su propia viabilidad.
Partiendo del parón del proyecto en 2014, y que tan solo se ha ejecutado un 10%, tratan de
vender su falsa capacidad de ejecución, por costos, del proyecto. La indefinición, de dónde a
dónde, también lastra el propio proyecto que además no puede plantear una conexión con
Aquitania al menos hasta 2030, al posponer Francia la inversión en este medio y corredor.
Evidente también es la inviabilidad del plan urbanístico con el que se pretendía financiar la
nueva estación. No hace falta ahondar igualmente que la financiación a través del inestable
sistema financiero bancario, no pasa por su mejor momento, y que un escenario futuro no
diferirá mucho de lo actual.
¡Es la Guerra. Traed madera, más madera! El sistema necesita elementos de combustión para
poder mantener su marcha. La especulación como método económico nos condiciona en el
presente y para el futuro, gravando sobre las economías domésticas y locales para continuar
alimentado las arcas de ese 1% elitista que nos utiliza y exprime.