¿A dónde va a parar lo que no sirve?

Dice la noticia: “Muere tras golpearse con la tapa de un contenedor en Ansoáin”.

Chema Berro. Colectivo Malatextos.

2016-ko ekainak 21

Que una persona muera por caerle la tapa de un contenedor de basura cuando

estaba rebuscando en él resulta una noticia impactante. No había pasado nunca, pero, si

es preciso, acabaremos por acostumbrarnos como estamos ya acostumbradas a que

haya un creciente número de personas obligadas a esa ocupación. Bastará con abrir una

nueva casilla en la lista de “accidentes” y poner mayor insistencia en que coger productos

de la basura constituye un delito de robo.

Hubo un tiempo que en nuestra sociedad nadie rebuscaba en los contenedores de

basura, hace todavía más tiempo no existían los contenedores y tiempo más atrás casi no

existía la basura. La sociedad de grandes productoras de basura ha dado paso al

crecimiento de las personas rebuscadoras. Riqueza y pobreza van de la mano. Y van

siempre, no accidentalmente, acabando sus días en un contenedor lo que al rico dejó de servir.

Que haya personas recogiendo en la basura no es un accidente, forma parte de lo

previsible y programado. El que alguna de ellas sufra algún golpe con la tapa del

contendor también es previsible. Lo accidental es que ese golpe le produzca la muerte,

pero sus probabilidades aumentan con el incremento de personas rebuscadoras.

Habrá que tomar diversas medidas de seguridad para combatir estos accidentes:

perseguir más contundentemente el delito de robo de basura, enterrar nuestros sistemas

de recogida, y seguro que muchas más. ¿No encontraremos ninguna forma de combatir la

asquerosa normalidad que los hace posibles?

Gehiago