El preso de la Txantrea Patxi Ruiz lleva una semana hospitalizado en Huelva

En el momento de redactar esta noticia, Patxi Ruiz sigue en el Hospital de Huelva, aquejado de una fuerte neumonía. Su familia denuncia los obstáculos que están sufriendo en todos estos días para poder comunicar con él y saber de su estado.

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A finales de marzo Patxi Ruiz comenzó a sentirse mal, tenía problemas para respirar y con una fuerte tos. Ante estos síntomas, en la prisión se limitaron a suministrarle paracetamol. Durante varios días continuó con los síntomas y su situación fue empeorando, de tal forma que el miércoles pasado decidieron ingresarle en el hospital, ya que tenía muchos problemas para respirar y para comer.

Así, el pasado 30 de marzo la asistenta social de la cárcel llamo a la familia para avisarles de que Patxi había sido hospitalizado, pero sin decirles cuál era la razón, ya que no estaba autorizada. Sus allegados llamaron a la prisión para conocer el estado de salud del preso, allí les dieron el teléfono de la policía, en la policía el del hospital… Tras muchas gestiones solo pudieron saber que Patxi estaba ingresado, “muy mal, muy débil”, pero no les informaron de la dolencia. Finalmente, al día siguiente, y a través de su abogada, consiguieron saber de su estado: tenía neumonía, antibiótico y suero por vena porque no podía comer y oxigeno las 24 horas del día porque no puede respirar.

2.000 km para visitas de 10 minutos

Al día siguiente, viernes, su madre y su hermano tenían concedida visita y consiguieron que la cárcel les diera permiso para hacerla en el hospital. Así que se bajaron hasta Huelva, pero allí les dijeron que, en vez de la habitual visita de 40 minutos, les concedían una visita de 10 minutos el viernes y otra el sábado, y entrando separados. Esto es, cuatro visitas de 10 minutos. En el hospital no recibieron ningún tipo de información de la situación del preso, y tras pasar 48 horas en Huelva se hicieron los 1.000 km de vuelta sin saber nada más de lo que habían visto: que Patxi se encontraba mal.

El domingo no tuvieron ningún tipo de noticias, ni por parte del hospital ni por parte del preso, ya que a éste no le permitían llamar a casa, debido a que tiene las llamadas intervenidas y en el hospital no se las podían grabar.

El lunes, la familia volvió a llamar al hospital en demanda de información. Allí les dieron un teléfono, al llamar les remitieron a otro, de ahí a otro… Les dieron hasta seis números. Tras estar toda la mañana intentándolo, a primera hora de la tarde por fin pudieron saber algo: Patxi estaba mejor, le habían hecho una radiografía, el antibiótico ya se lo daban por vía oral y no por vena, y que en dos días volvería a la cárcel. La madre, sorprendida ante la inmediatez del traslado, le preguntó al medico si no es demasiado pronto atendiendo a la situación de su hijo, a lo que el médico le contestó con un “es lo que hay”.

Ayer martes, la familia llamó por la mañana a la cárcel para solicitar la visita del fin de semana, y allí les dijeron que Patxi estaba desde el lunes en la enfermería de la cárcel. Sin embargo, tras la llamada al hospital de un medico de confianza de la familia, les informaron de que seguía ingresado allí. En este momento, Patxi sigue en el hospital de Huelva.

Manifestación el sábado 16 por el fin de la dispersión

Desde Eskubidean Txantrean denuncian que la dispersión, en casos de enfermedad como éste, generan situaciones de indefensión a los presos y a las familias, tanto para lograr una asistencia sanitaria digna y correcta como para poder realizar visitas o recibir información.

El próximo sábado 16 de abril, este colectivo ha convocado una manifestación en la Txantrea en contra de la dispersión.

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