Las terribles historias de la dispersión: familias luchando por verse, hermanos que no pueden despedirse

En septiembre denunciamos el caso del preso navarro Mikel Izpura. Su hermano tenía un cáncer terminal, y Mila, su pareja, también se encuentra convaleciente de esta enfermedad. La dispersión era una muralla insalvable, y su estado de salud les impedía desplazarse hasta Murcia (1.500 km) para visitarle. El hermano acaba de morir. No se han podido despedir, ni Mikel ha podido estar con su familia en estos duros momentos.