Sima de Gaztelu. Justicia en paradero desconocido.

Asamblea Navarra Pueblos por la Memoria

2015-ko abenduak 24

El 22 de diciembre del año pasado espeleólogos del Grupo Satorrak descendieron al fondo de la Sima Legarrea en Gaztelu, en busca de los restos de Juana Josefa Goñi Sagardía y sus seis hijas e hijos, Joaquín de 15 años, Antonio de 10, Pedro Julián de 8, Martina de 6, José María de 5 y Asunción que aún no había cumplido los dos. Juana Josefa estaba embarazada de siete meses. Quienes, después de ser acosadas, perseguidas y expulsadas de su hogar por sus propios convecinos, con la complicidad del alcalde, el párroco y de los mandos locales de la Guardia Civil, tuvieron que refugiarse en un monte cercano, donde desaparecieron. Era “vox populi” en el pueblo que, tras quemar la chabola donde se refugiaban, fueron todos ellos asesinados (se oyeron disparos) y, posteriormente, arrojados a la sima de Gaztelu, se cree que alguno de ellos con vida. Eso ocurrió ¡hace ahora 80 años!

Cuando los espeleólogos de Satorrak entraron en la sima, se encontraron, nada más descender, con un cuerpo humano que por las condiciones que presentaba no podía ser el de Juana Josefa ni de ninguno de sus hijos. El cuerpo correspondía al joven de Legasa (localidad muy próxima a la sima) Iñaki Indart, desaparecido el 9 de marzo de 2008, hacía entonces seis años y medio. Según los resultados de la autopsia practicada, el joven había sido fuertemente golpeado y arrojado vivo a la Sima de Gaztelu donde murió de forma atroz. En esos seis años y medio se le había buscado hasta en Canarias, pero a ni los jueces, ni los diversos cuerpos policiales, ni las instituciones, fueron capaces de mirar en el lugar donde toda la gente de la zona decía que estaba: en la falda del monte, al lado de su casa. ¿Por qué un Estado, un aparato judicial, que tiene medios y que los emplea de forma generosa para encontrar a cualquier persona en cualquier parte del globo terráqueo, no busca a menos de un kilómetro de donde una patrulla de la Policía Foral vio y constató que se encontraba el joven Iñaki en la fecha en la que desapareció: ¿en su casa?

Ha pasado un año desde que se encontró a Iñaki. No sabemos si, la sima, aún sigue precintada por el secreto de sumario. Dicen que, en su interior, puede encontrarse el móvil de Iñaki. Si es así, ¿Se ha bajado a la sima después del 26 de diciembre, fecha en que, con la participación de Aranzadi, se subió el cadáver de Iñaki, para buscar otras pruebas del crimen de Iñaki, para buscar el móvil? Mientras tanto por parte de las instituciones judiciales, se sigue negando la posibilidad de bajar a la sima para sacar los cuerpos de Juana Josefa y sus hijos.

Han pasado 80 años desde que, en pleno levantamiento contra el orden legalmente establecido, unas 3.500 personas fueron asesinadas en Nafarroa de las que cerca de 1.000 siguen desaparecidas, entre ellas Juana Josefa embarazada y sus seis hijas e hijos. Nada ha hecho la “Justicia”, nada ha hecho la Guardia Civil, nada hicieron los gobiernos de UPN, del PP, por encontrar a tantos y tantos asesinados. ¿Qué ha hecho el PSOE, el PSN por buscar los restos, ni siquiera de sus miles de afiliados? Nada han hecho todos ellos por hacer justicia.

¿No fueron suficientes seis años y medio, ni siquiera para iniciar la búsqueda de Iñaki donde se sabía que estaba? ¿No es suficiente tiempo un año para buscar a fondo en la sima? ¿No han sido suficientes 80 años para que las instituciones traten de buscar a Juana Josefa y su familia?

Horrible lo ocurrido en Navarra. Terrible cómo han actuado las autoridades. El 19 de agosto de este mismo año 2015, fue presentada una denuncia por dos personas en la Audiencia de Iruña, “tanto para recuperar los restos de esas personas, como para que se realicen las investigaciones y pruebas oportunas para encontrar a los causantes que arrojaron esos cuerpos, y si pudieron ser objeto de malos tratos e incluso de homicidio o asesinato”. Solo un día después, el 20 de agosto, sin haber ordenado hacer ninguna diligencia sobre los hechos denunciados, la jueza de guardia acuerda el sobreseimiento “no resulta debidamente justificada la perpetración del delito”. ¿Hubiera actuado, tan rápidamente y de esta manera, la juez en otros casos donde hubieran desaparecido no una, sino siete personas?

El sometimiento de los jueces a la política del “olvido” impuesta en la mal llamada transición, resulta escandaloso. ¿Es que no existe ningún juzgado de instrucción que se sienta vinculado por las ideas de justicia universal, y por las reiteradas resoluciones de los organismos internacionales de Derechos Humanos, que, una y otra vez, nos están diciendo que frente a los delitos de lesa humanidad y genocidio, no puede existir ley de punto final o de amnistía que valga?Su desidia en estos temas ofende la más mínima sensibilidad humana. Y contrasta con actuaciones en otros casos en los que se dan detenciones de personas, sobre todo jóvenes, que denuncian malos tratos e incluso torturas que no son investigadas, y que pasan en la cárcel de forma preventiva más de dos años.

No se puede consentir que un día más Juana Josefa, sus hijos e hijas, sigan en el fondo de la Sima de Gaztelu, Los 80 años transcurridos deben remover las conciencias de todos los estamentos de esta sociedad, para zanjar de una vez por todas la deuda que tenemos con estas personas inocentes, y para acabar con la vergüenza de un sistema judicial e institucional que, hasta ahora, ha actuado a espaldas de premisas tan necesarias para la convivencia en democracia como son la Verdad, la Justicia, la Reparación y garantías de no Repetición.

Gehiago