ahötsa_

El cambio en Nafarroa es en estos momentos una necesidad de supervivencia de lo que conocemos como estado del bienestar y requiere de enormes dosis de responsabilidad, seriedad, compromiso y generosidad por parte de las fuerzas políticas que apostamos por un cambio real, profundo y duradero ante el reto al que nos enfrentamos. El reto de demostrar a la sociedad Navarra que otra forma de hacer política es posible.

Quienes conformamos EH Bildu lo vemos claro y estamos plenamente preparados y capacitadas para afrontar el reto y ser parte sustancial del cambio que se avecina. Somos un proyecto de futuro, con una propuesta sólida. Tenemos un programa extenso y minucioso, elaborado mano a mano con los diferentes agentes, colectivos, profesionales y personas cualificadas en cada una de las áreas.

Nos avalan la experiencia y el trabajo bien hecho. Experiencia institucional, experiencia de gestión y experiencia en movimientos y movilización social. Y ante el reto del cambio plural, sin exclusiones, nadie como EH Bildu, por nuestra propia configuración, es tan capaz de gestionar la pluralidad. Porque nuestra coalición, está integrada por cuatro formaciones políticas de muy diverso origen y trayectoria (Sortu, Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternativa), que hemos sabido gestionar nuestra diversidad y llegar a acuerdos sólidos, reforzando lo que nos une y aparcando las diferencias en pos de un proyecto común. La nuestra no es una unión meramente coyuntural, sabemos que el futuro de Navarra y el de Euskal Herria pasa por la unión entre diferentes. Y somos conscientes de que el futuro de Nafarroa y de Euskal Herria se juega en estas elecciones.

Por eso llegamos a este momento histórico cargados de ilusión y de compromiso, vamos a llenar las urnas de las papeletas de EH Bildu, de esas miles de papeletas que hemos repartido en un enorme y multitudinario auzolan digno de admirar. Un fantástico y gratificante ejercicio que solo vosotros y vosotras, las personas firmemente comprometidas con el cambio y con una nueva Nafarroa habéis sido capaces de realizar.

Porque efectivamente es el momento de trabajar conjuntamente y por un objetivo común: desbancar al Régimen. El éxito depende de que hagamos llegar a las urnas hasta el último voto por el cambio y esto no será a posible sin la colaboración de todos y todas nosotras. Es nuestra responsabilidad, la responsabilidad de toda la ciudadanía navarra convertir las ansías de cambio en votos útiles para formar un Gobierno de cambio. Es hora de transformar el hartazgo en participación activa.

Lo decimos alto y claro, nuestro objetivo es lograr en el Parlamento de Navarra una mayoría de 26 parlamentarios, en el que no se encuentre la representación de las fuerzas de derecha y ni tampoco el PSN. No podemos contar con el PSOE-PSN, ya que difícilmente será parte de la solución quien ha sido parte sustancial del problema. No olvidamos que UPN no hubiera podido desarrollar sus oscuras, injustas y antisociales políticas sin el necesario apoyo de PSOE-PSN. El Partido Socialista ha priorizado siempre las políticas de estado sobre los derechos de Navarra y por ello no ha tenido ningún escrúpulo en apoyar, sustentar y utilizar en beneficio propio, sin ningún tipo de líneas rojas éticas, actuaciones tan dudosas como las del caso CAN, por poner sólo uno de los ejemplos que lamentablemente abundan.

Por ello, EH Bildu somos la garantía de que el cambio que la ciudadanía se merece sea profundo y de contenido, sin maquillajes ni intereses partidistas y suponga la inauguración de una nueva era, de una nueva Nafarroa progresista y de izquierdas. El régimen también lo sabe, y de ahí los nervios de UPN, las malas formas de su candidato Esparza, recurriendo al discurso del miedo ante la incapacidad de hallar argumentos que defiendan la incompetente gestión de su gobierno, su “navarrísimo” legado en Agoitz.

Algo está quedando más que claro estos últimos días: cuanto más fuerte sea EH Bildu, menos tentaciones tendrán algunas fuerzas de pactar con los que han sido parte directa e indispensable del Régimen. Cuanto más fuerte sea EH Bildu, mayor será la seguridad de que las decisiones se toman en Navarra.

No es momento para la frivolidad y para ambigüedades. Es el momento de aparcar las ambiciones personales, los egos desmesurados, los personalismos excesivos, y el presidencialismo hueco. Si de verdad queremos cambiar las cosas, lo primero que debemos reconocer es que la única protagonista del cambio tiene que ser la sociedad navarra, la sociedad movilizada, que con su trabajo y su lucha diaria ha conseguido poner al régimen al borde del abismo. Serán las navarras y navarros quienes decidan con su voto qué gobierno quieren y quien liderará ese gobierno. Los grupos políticos debemos aceptar y respetar, con humildad democrática, la palabra de la ciudadanía.

La prioridad debe ser el cambio en sí mismo, un cambio que será necesariamente plural, como lo es nuestra sociedad y que deberá asentarse sobre sólidos acuerdos programáticos entre las fuerzas políticas dispuestas a sustentarlo.