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El personal de la Residencia pública El Vergel se suma a la denuncia de la situación que vive el colectivo de personas con algún tipo de discapacidad, en cuanto a su integración en el mundo laboral.

Trabajan codo a codo con nosotras, varias personas que a través de una oposición consiguieron plazas reservadas para discapacidad que no estaban adaptadas a sus limitaciones. Les exigen que realicen el mismo trabajo que al resto, por ejemplo limpiar 30 habitaciones con sus baños.

Las nefastas políticas de “contratación-integración” aplicadas por el Gobierno de Navarra en lo referente a dicho colectivo, lejos de integrar, no han hecho sino favorecer situaciones “incómodas y esperpénticas”, por decirlo de una forma suave, para quienes tenemos que convivir en los centros de trabajo de la Agencia para la Autonomía de las Personas, donde cada vez sufrimos más recortes en personal.

Hace unos días, la prensa reflejó el caso de una de nuestras compañeras, a la que el INSS le deniega la incapacidad absoluta. Mientras se soluciona el problema debe acudir a su puesto de trabajo, creando ésto situaciones embarazosas tanto para ella como para el resto de personas trabajadoras que tienen que asumir a diario sus funciones, bajo amenaza verbal de ser expedientados si se niegan a hacerlo.

El Departamento de Políticas Sociales que dirige el Sr. Iñigo Alli permite esta situación desde hace más de dos años y debido a su dejadez, ni le adaptan el puesto ni la reubican en alguno de los 20.000 puestos de trabajo que la Administración gestiona.

El problema lo creó Función Pública y la pelota está en su tejado. Urge una solución, por ella, por nosotros y por las personas usuarias de nuestro centro gerontológico a las que debemos y queremos atender lo mejor posible.