Sahara libertad, Polisario vencerá

Esta semana, en el Congrego de los Diputados se ha vuelto a discutir sobre el Sáhara Occidental, y nuevamente, el presidente Sanchez y su partido, se han quedado solos frente a la inmensa pluralidad de las fuerzas políticas de este país.

Carlos Guzmán Pérez

Contigo Navarra – Zurekin Nafarroa

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La semana pasada, nuestro Parlamento, el de Navarra, también volvió a vivir un debate similar. Y nuestro Parlamento, lo hizo tras el reciente viaje que una delegación parlamentaria junto con representantes del Gobierno de Navarra y de la Federación Navarra de Municipios y Concejos realizó a los Campamentos de Refugiados Saharauis de Tindouf entre los días 4 y el 11 de mayo.

La reciente visita a los campamentos nos permitió conocer en primera persona la coyuntura y la realidad política, la realidad social y la realidad humana del pueblo saharaui. Unas realidades, de las que nuestro país, el estado español, en buena medida es responsable. A ojos de este parlamentario, los campamentos de refugiados saharauis son el infierno en la tierra. Un infierno en el que el polvo, la tierra y el calor, hacen prácticamente imposible la vida a esos cientos de miles de personas que desde hace décadas malviven expulsadas de su tierra y de sus hogares. Y si la vida humana es mínimamente posible en ese infierno terrenal, en buena medida es gracias a la acción humanitaria y solidaria de los amigos y amigas del pueblo saharaui.  Son infinidad las entidades que trabajan en el terreno, pero desde nuestra comunidad debemos poner especialmente en valor el trabajo de las entidades navarras, cuyo trabajo y proyectos pudimos conocer en primera persona. La Asociación Navarra de Amigos de la RASD (ANARASD), la Asociación Navarra de Amigos del Sahara (ANAS), la Asociación de Trabajadores y Técnicos sin Fronteras (ATTsF), y Saharako Cabiak – Nidos del Sahara, son los mejores embajadores de la solidaridad comprometida del pueblo navarro. Con sus proyectos, estas entidades navarras garantizan la asistencia sanitaria, la educación soberana, el acompañamiento a la infancia, la distribución de agua y alimentos, o el acceso a la cultura y a la lectura a la población saharaui.

Pero tras esta evidente crisis humanitaria, se haya un conflicto político del cual el Reino de Marruecos es culpable, y del cual el Reino de España es el principal responsable. Desde la llegada de la Marcha Verde al Sahara Occidental en 1975, el Reino de Marruecos viene ocupando de manera ilegal a ojos de la comunidad internacional este territorio, con la evidente complicidad del Reino de España, que como potencia por entonces administradora no garantizó la culminación del proceso de descolonización de este territorio. Desde entonces, desde hace 49 largos años, el pueblo saharaui viene sufriendo las más cruentas persecuciones por el ocupante marroquí, viendo violados sus más elementales derechos humanos de manera atroz.

Frente a la parsimonia de la comunidad internacional y la indiferencia cómplice de los Gobiernos del estado español, los pueblos del mundo, los pueblos dignos del mundo, y también el pueblo español y el pueblo navarro, siempre han visto en la causa saharaui una causa noble a la que abrazar de manera solidaria. Y en buena media, lo hacen gracias a los lazos indestructibles que cada verano las niñas y niños saharauis del Programa Vacaciones en Paz labran en nuestras ciudades y pueblos.

La legalidad internacional, mediante las diferentes resoluciones aprobadas en la ONU, reconoce el derecho del pueblo saharaui a su autodeterminación mediante un referéndum como último paso del proceso de descolonización puesto que esta situación respecto al Sáhara se considera como una descolonización inacabada que persiste desde hace décadas. A los y las saharauis, les asiste el derecho a vivir libremente en el Sahara Occidental, en el marco independiente y soberano de la República Árabe Saharaui Democrática proclamada el 27 de febrero de 1976. Esa y solamente esa, es la única solución legal, viable y democrática para el pueblo saharaui.

La potencia ocupante, el Reino de Marruecos, aplica las más criminales e inhumanas prácticas contra la población saharaui en los territorios ocupados, con el único fin de acabar con el pueblo saharaui; detenciones arbitrarias, torturas, violaciones, asesinatos o el expolio de recursos económicos y materiales, son las herramientas habituales al servicio de la colonización marroquí. Y, además, en el plano internacional, la potencia ocupante, emplea las más mezquinas e ilegítimas prácticas mafiosas para debilitar el apoyo de la comunidad internacional a la causa saharaui. En ese marco, en marzo de 2022, el presidente del Gobierno, de manera personal y unilateral modificó la postura histórica del estado español con respecto al Sáhara Occidental. Un inadmisible hecho, que supuso una nueva traición al pueblo saharaui, que para nada es compartida ni respaldada ni por la ciudadanía española ni por buena parte de las instituciones públicas españolas, como por ejemplo el Parlamento de Navarra o como se ha vuelto a demostrar esta misma semana, el Congreso de los Diputados. Durante nuestra visita, los representantes de las instituciones navarras conocimos en primera persona la nobleza de un pueblo heroico, generoso, acogedor, resistente, y sobre todo, comprometido con la conquista de su futuro. Desde los niños y niñas más pequeñas a las ancianas más mayores, el pueblo saharaui, de la mano de su único y legítimo representante, el Frente Polisario, por muchos impedimentos y obstáculos que deba salvar no cesará jamás en su empeño de volver en paz y libertad a su tierra. Asumiendo el compromiso adquirido con Brahim Gali, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, en el encuentro mantenido durante la visita, nosotros y nosotros, los hombres y mujeres de IU y de Contigo-Zurekin, en el Parlamento de Navarra, en el Congreso de los Diputados, y en cualquier otro lugar en el que nos sea posible, seguiremos asumiendo como propia la defensa de la causa saharaui. ¡Sahara libertad, Polisario vencerá!

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