Tal y como se recoge en un documento de la Secretaría de Estado de Energía del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo del pasado mes de diciembre, el gobierno español propone la construcción de la nueva línea Itsaso-Dicastillo 400 kV para un escenario de “elevado programa exportador con Francia”. De la subestación de Dicastillo que posibilitaría el suministro de Tierra Estella con 220 kV, actuación esgrimida por del Gobierno de Navarra como excusa para justificar el proyecto Itsaso-Dicastillo, nada de nada. En el mismo documento sí que se subraya la necesidad de repotenciar las actuales líneas de 220 kV para cubrir las necesidades previstas para Navarra y Gipuzkoa.
La Plataforma contra la Línea de Alta Tensión recuerda que este proyecto comenzó a gestarse hace ya varios años, y que vino motivado por unas previsiones macroeconómicas erróneas, que auguraban un incremento de la demanda eléctrica fruto de un crecimiento económico, algo que no ha ocurrido. Los propios informes anuales de REE S.A. indican una fuerte disminución del consumo, un incremento de la potencia instalada y un aumento de la red de transporte. "O lo que es lo mismo, el sistema eléctrico tiene una demanda muy inferior a la oferta y plantea nuevas generaciones e incremento de líneas de transporte para un consumo en descenso. Incomprensible", dicen desde la Plataforma.
O quizás no tan incomprensible si se tiene en cuenta los actores llamados a tomar parte en el procedimiento de planificación según la Orden ministerial: los sujetos del sistema eléctrico, las Comunidades Autónomas y los promotores de nuevos proyectos de generación eléctrica. "Es decir, por un lado las grandes empresas eléctricas que -con beneficios millonarios en plena crisis- han provocado el déficit tarifario, acompañado de la exorbitante subida del recibo de la luz, y por el otro, los protagonistas del vergonzoso y vergonzante fenómeno de las “puertas giratorias”, recuerdan.
Esta Plataforma ha defendido desde su creación, que el verdadero motivo del proyecto Itsaso-Dicastillo no tenía que ver en ningún caso con las necesidades de suministro de las zonas que atraviesa, sino con la necesidad de "una autopista eléctrica para exportar al Estado francés los excedentes fruto de la megalómana política del oligopolio eléctrico, que han alimentado un despropósito en el llamado sistema peninsular, donde la potencia instalada duplica el pico de mayor demanda eléctrica". Consideran que el tiempo les ha dado la razón, como demostraría el hecho de que en la cumbre hispano-francesa del pasado mes de diciembre, se mencionara expresamente una línea Euskadi/Navarra-Burdeos como alternativa al cable submarino por el Golfo de Bizkaia.
Las movilizacions y declaraciones en contra de este proyecto han sido constantes y totalmente mayoritarias entre los pueblos afectados. Un total 247 cargos electos y 247 grupos sociales –el mismo número que torretas vienen previstas en el proyecto-, demandaron de los gobiernos foral navarro y autonómico vasco, la no inclusión del proyecto Itsaso-Dicastillo en la nueva planificación eléctrica. La respuesta del Gobierno de Navarra fue "dar la espalda a sus propios Ayuntamientos para beneficiar a las eléctricas, eso sí ahora huérfanos de argumentos", indican desde la Plataforma.
Han solicitado comparecer ante la Comisión de Industria del Parlamento navarro con carácter de urgencia, ya que el plazo para realizar las aportaciones al documento de planificación finaliza el próximo 3 de marzo. Quieren solicitar al Parlamento que inste al Gobierno a trasladar sus argumentos y demandas al Ministerio de Industria.
Advierten de que detrás de la actuación del Gobierno de Navarra existen otros motivos relacionados con la venta de EHN a Acciona, "la ruinosa operación de inversión" de las plusvalías generadas en Iberdrola, o que un ex consejero pase a ser alto cargo de una empresa eléctrica.