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Para denunciar el último accidente provocado por la dispersión, Eterat ha realizado hoy concentraciones en todas las capitales vascas. En Iruñea, y ante la amenaza de multas o de la actuación policial, los concentrados se han tenido que dividir en grupos de menos de 20 personas.

El accidente de tráfico tuvo consecuencias dramáticas, ya que aparte de los tres familiares de presos políticos afectados (una de ellas, Jone Artola, se encuentra ingresada en el hospital con varias costillas rotas entre otras lesiones), una mujer embarazada que viajaba en otro vehículo implicado en el hecho falleció.

Etxerat ha denunciado que estos accidentes "no son una casualidad" y que la responsabilidad de tener que recorrer cientos de kilómetros todas las semanas para visitar a sus familiares presos son de los estados español y frances. "Viajamos sin garantías, en tensión y bajo presión. Y queremos dejar claro que no viajamos ni por ocio ni por capricho ni por trabajo. Viajamos por obligación.
Las condiciones en las que nos vemos obligados a viajar son las propicias para que estos accidentes ocurran, para que nos juguemos la vida en el largo trasiego hasta las cárceles  más lejanas. Quienes viajamos hasta Puerto, Algeciras o Clairvaux tenemos unas 12 horas de viaje de ida, y otras 12 horas de vuelta", han explicado, y así llevan 25 años, durante los cuales se han producido 16 víctimas mortales y cientos de personas han resultado heridas.

Etxerat ha querido remarcar que "los derechos humanos no se compran ni se venden, ni pueden estar sujetos a contrapartidas ni a requisitos", por lo que exigen que no se les "condene" y que los y las presas sean repatriadas.